Friends nos enseñó muchas cosas, entre ellas, que los apetitos sexuales son inescrutables. Diez temporadas tardó Mónica en descubrir que a su abuelita le iba el BDSM y las esposas aterciopeladas. Y es que el deseo por someterse, por dominar o que te dominen cediendo el control de tu cuerpo y de tu placer, es un arte y un juego. Ya sabes, en el sexo, mientras sea consentido, todo vale.
Friends nos enseñó muchas cosas, que las mujeres tienen no una ni dos, sino siete zonas erógenas, que la princesa Leia con su bikini dorado se convirtió en el mito erótico de varias generaciones, que ‘tomarse un descanso’ puede no significar lo mismo para las dos partes, y que el mundo de los apetitos sexuales es inescrutable. Diez temporadas tardó Mónica en descubrir que a su adorable abuelita le iba el BDSM y las esposas aterciopeladas. Y es que el deseo por inmovilizar o ser inmovilizado, por someterse o ser sometido, por dominar o que te dominen cediendo el control de tu cuerpo y de tu placer, es algo más común de lo que algunos pueden llegar a pensar.
El fenómeno de la trilogía ‘Cincuenta sombras de Grey’ hizo subir como la espuma la venta de todo tipo de juguetería BSDM, esposas, látigos, antifaces, plugs… Los libros, y más tarde las películas, desataron las fantasías de millones de mujeres (los libros fueron mayoritariamente leídos por un público femenino) que se imaginaron siendo sometidas por un maromo dominante. Dejando a un lado las numerosísimas críticas que cosechó este pseudoporno, aquellos que ya eran amantes del bondage, la disciplina y el sadomasoquismo, ponen en entredicho que lo que practica la joven santurrona y el yuppie que controla hasta su teléfono móvil se ajuste al maravilloso ritual BDSM. En cualquier caso, sirvió para que muchas personas se acercaran a un mundo que se había mantenido en la oscuridad, casi en los límites de lo moralmente aceptable.
En uno de los últimos estudios realizados sobre fantasías sexuales en Estados Unidos, un grupo de hombres y mujeres contemplaron el mismo vídeo porno unas cuantas veces seguidas. Como es lógico, la excitación mermó con cada nuevo visionado. Al cambiar de escena, la excitación volvió a dispararse de nuevo. Hemos repetido hasta la saciedad algo que todo el mundo sabe. El deseo se nutre de la novedad, de la fantasía, del juego. La rutina es confortable y segura pero muy poco estimulante. Cultívala en otras cosas, si quieres, pero olvídala en la cama.
Tanto si te quieres iniciar en el bondage como si solo quieres aderezar tus relaciones probando algo distinto y provocador, las esposas eróticas son tu juguete ideal. Comprueba cómo algo tan básico, tan fácil, cambia por completo la dinámica del sexo. En EroticFeel abrazamos cualquier tipo de placer consensuado. Encuentra en nuestro sex shop online las mejores esposas sexuales del mercado. Para los principiantes y para los más experimentados en el placer del sometimiento, las opciones son infinitas. Solo tienes que atreverte.
Atar o ser atado, eso es el bondage. Y no, no lo hemos inventado nosotros. Según cuentan procede de un arte marcial japonés. Estar a merced de otra persona sin poder moverte, dejándote llevar por el deseo, por la excitación, salir de eso tan aclamado llamado ‘zona de confort’, abrirte a las sensaciones de un cuerpo inmóvil depositándote por completo en la otra persona. O ser tú el que ata, el que domina, el que somete. Un arte, un juego, una forma de vida, una manera distinta de vivir el sexo que comienza al cerrar las esposas.
El bondage es la B de BDSM, la práctica más extendida y la más sencilla de realizar. En este caso solo necesitas unas esposas eróticas, y ¿dónde comprarlas? Aquí, en EroticFeel. Abriéndote paso a través de nuestro catálogo descubrirás las que mejor se adaptan a ti, a vosotros, a lo que estáis buscando.
Ya sabéis que en la variedad está el gusto y en EroticFeel intentamos satisfacer los más variados apetitos. Si sois aficionados a las películas policíacas, seguramente al hablar de esposas penséis en los grilletes de metal con los que apresan a los malos, esas serían las esposas tradicionales, más indicadas para los curtidos en ataduras que buscan una sujeción firme y fuerte. Las esposas de metal recubiertas con pelo o peluche en diferentes colores son unas de las más demandadas, el tacto de la suave cobertura ayudará a someter sin provocar ningún daño. Existen también esposas para los tobillos, y esposas fabricadas en materiales tan variados como el plástico, la silicona (propia de las esposas japonesas) o el cuero (muy demandado por los amantes del BDSM). En EroticFeel encontrarás también esposas y brazaletes de cuero vegano unidas por una cadena, elegantes y respetuosas con el medio ambiente, han sido fabricadas por la marca Bijoux Indiscrets para los que buscan el placer más sofisticado.
Esposa a tu pareja al respaldo o cabecero de la cama en la postura del misionero, espósala de pie (necesitaréis un gancho o similar en la pared) y véndale los ojos si quieres potenciar aún más la sensación de sometimiento. Esposar a tu pareja para practicar sexo oral también puede ser una gran idea, y, para los más atrevidos y experimentados, atar de pies y manos en la cama con el vientre hacia abajo es perfecto para una penetración profunda y una mejor estimulación del clítoris. Las posibilidades son muchas, dependerá de vuestra imaginación y de vuestra pericia. Ya sabes, en el sexo, mientras sea consentido, todo vale.
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