Como si nos encontrásemos delante de un ingeniero aeroespacial contándonos los pormenores de su trabajo, así nos sentimos ante la nueva terminología sexual, y que te pase con tu sobrina de 18 años, vale, pero con ese amigo que escupía en el suelo hasta formar un charquito y denominaba a esa práctica ‘hacer un japero’ no tiene perdón del cielo. Es hora de renovarse, porque afrontémoslo, intentando arrimar cebolleta en el guateque lo llevas clarinete. Por si te lo preguntabas, no, con el nuevo repertorio léxico no colonizarás nuevos horizontes ni cotas más altas de placer, se parece más a tu madre diciendo que no comas hamburguesas y preparándote unos filetes rusos. No sabemos si los tiempos cambian con el lenguaje o el lenguaje con los tiempos, pero aquí va una pequeña muestra del nuevo vocabulario que utiliza la basca.
Belfie: en nuestro afán de renombrar cosas que ya existían pasamos de la autofoto al selfie. Ahora, después de miles de imágenes poniendo morritos en playas y cuartos de baño, la muchachada, cansada de fotografiar su rostro, se ha lanzado a la conquista de nuevos territorios. Cambiando la s por la b y la cara por el culo tenemos nuevo pasatiempo, quizá por facilitar el juego de ¿culo o codo? o por dinamizarlo con un nuevo elemento.
Ronear: lo definen como lucirse, ligar, o lo que durante un tiempo también se conoció como la putivuelta.
Petting: procede del verbo inglés to pet (acariciar) y alude a los juegos sexuales sin penetración. Sin ánimo de emular a Arturo Pérez Reverte, esto viene a ser el magreo de toda la vida, el frotamiento detrás del instituto, la fricción contra la pared del garito, el quiero pero no puedo, vamos. Seguramente ya lo practicaba tu abuela antes de casarse, por aquello de conservar el himen intacto.
Crush: el flechazo en versión americana, estás en el supermercado, se te caen las naranjas al suelo, alguien te ayuda a recogerlas y vuestras miradas se encuentran. Precioso. Lo que en tiempos remotos y vulgarmente se conocía como encoñamiento.
Bareback: la práctica de sexo anal sin condón de modo intencional (esta puntualización no es nuestra y, francamente, es sorprendente, de no ser intencional sería violación) entre dos hombres que no son pareja.
Dopplebanger: término que sirve para referirse a la persona que solo tiene relación con alguien porque le recuerda a un amor platónico o al actor que le gusta. De aquí a colocar a tu madre muerta en la mecedora del salón y presentársela a tus amigos hay un paso muy pequeño.
Lithromantic: te gusta alguien pero no necesitas reciprocidad, te basta con querer. No te dejes amedrentar por el palabro, antes se conocían como pagafantas.
Ghosting: básicamente es que pasen de tu cara, que desparezcan, que se esfumen. La terminología anglosajona ayuda a suavizar el golpe.
Indra: “el hombre se coloca sobre sus rodillas. La mujer, recostada bocarriba, coloca sus pies contra el torso de su compañero. El hombre se inclina hacia adelante para comprimir los muslos de la mujer contra su pecho”. No son las instrucciones para imitar a Puyol y a Vanesa Lorenzo haciendo yoga, es una variante del misionero perfecta para cuando se te sube la bola en mitad de la fiesta.
Blowjob: mamada es demasiado soez, ahora mola más blow job, pero solo si la felación es suave, para una fellatio como dios manda ha de utilizarse gagging.
Handjob: hacerse una paja, una gayola, una manuela, cascársela o hacerse un solitario está demodé, ahora masturbarse “exclusivamente con la mano” es un handjob, lo de exclusivamente con la mano es importantísimo porque si lo haces con los pies es un footjob, no confundir por favor.
Cockslap: significa abofetear con el pene y confesamos que nos ha sorprendido que sea tan habitual como para que se haya hecho necesario buscarle un nombre específico.
“Cada generación piensa que ella ha inventado el sexo”, dijo una vez el escritor estadounidense de ciencia ficción Robert A. Heinlein, ¿Será tu vida sexual más rica a partir de ahora? Seguramente no, a no ser que pongas en práctica el cockslap, pero remángate el bajo de los pantalones, manda unos wasaps plagados de emoticonos, baja a tomarte una cerveza artesana y dinos si no te sientes más moderno, más joven, si no te duele menos la espalda y comienzas a pensar que el trap tiene su rollo. De nada.