¿Cuál es tu fantasía erótica? Eso hemos preguntado a las nueve de la mañana, recién levantaditos, en la oficina. Risitas, mejillas coloradas, y algún “yo te contesto por privado” o “es muy temprano para pensar en eso”. ¿Muy temprano? Eso lo sabes a las diez de la noche y a las cuatro de la tarde, si tienes que pensarlo mucho, no es una fantasía. Otra cosa es que hablar de sexo siga despertando rubores, como cuando en el colegio llegaba el tema sobre el cuerpo humano y la reproducción. Estaba en el libro, sabías que llegaría, habías ojeado esas páginas y observado detenidamente esos dibujos mil veces, y aun así, ¡vergüenza! Las chicas la llevaban con más dignidad (impostada, claro), haciéndose las mayores, y los chicos se reían sin pudor haciendo bromas muy parecidas a las que puedes encontrar en cualquier grupo de wasap de amigos que ya peinan canas.
El caso es que había un encargo, escribir un post sobre fantasías eróticas, y un montón de información sin sentido. Por si no lo habéis intentado, googlear esas dos palabras es abrir la caja de pandora. Páginas y páginas de artículos dictaminando cuales son las mejores, las más comunes o las más extrañas. Y en EroticFeel somos muy empíricos. ¿Por qué no preguntar entre los compañeros y hacerles, de paso, pasar un mal rato? Estas no son ni las diez mejores, ni las 30 más extrañas. Aquí tenéis las nuestras, las más comunes y las más llamativas. Hay que aclarar que algunos han contado la fantasía ‘de un amigo’ (ejem, ejem). Por el bien de la convivencia en el trabajo, mantendremos sus identidades en secreto.
Las fantasías eróticas de ellas:
“A mí lo que me encantaría es echar un polvo en el baño de un bar, borracha y con el chico que me gusta, claro, pero a lo bestia”
“No soy de fantasías muy elaboradas, pero siempre me ha puesto mucho imaginarme situaciones en las que no te puedes aguantar, en plan aquí te pillo aquí te mato”
“En el probador de una tienda de ropa”
“Un trío con mi novio”
“En el baño de un avión o en alguno de los aparatos del gimnasio”
“En los vestuarios de la piscina, así queda sutil el sonido de las chanclas”
“En verano, por la noche y en la playa”
Las fantasías eróticas de ellos:
“En la ducha”
“Yo soy muy simple, un trío”
“Me encantaría hacerlo en un lugar muy alto, en un pico de una montaña”
“En el coche de un parking público”
“En una piscina”
“Ir a una orgía tipo la película Eyes wide shut”
“Intercambio de parejas con desconocidos “
“Hacer un intercambio de parejas en el que los hombres tengan que dejar las llaves del coche o su reloj para que el resto de las parejas elijan, o una orgía en una mansión con máscaras venecianas y capas”
“Lleguen o no a materializarse, las fantasías son saludables, hay quién, incluso, se recrea en ellas sin querer llevarlas a la práctica. Los expertos sostienen que estimulan el deseo sexual, ya que el cerebro activa las mismas partes cuando una hace algo que cuando se imagina haciéndolo. Las fantasías no son ni buenas ni malas, solo son fantasías. Todos las tenemos, como decía Marilyn Monroe, “El sexo forma parte de la naturaleza. Y yo me llevo de maravilla con la naturaleza”.