El hambre agudiza el ingenio, dicen, y lo mismo pasa con la falta de sexo. En 2009, el fundador de la marca mantenía una relación a distancia pero el mercado no ofrecía soluciones. En solo un año nació Remote Pleasure, un vibrador a control remoto que se controlaba a través de Skype. La aventura había comenzado.
La historia de la literatura y el cine está repleta de relatos de amor a distancia, difíciles, dolorosos. Tórridos y desdichados romances, parejas separadas por miles de kilómetros sin poder tocarse, condenadas a soñarse con más o menos fortuna. El ejemplo que más nos gusta es el de James Joyce y Nora Barnacle. Separados largas temporadas, el excéntrico autor de Ulises y su esposa mantenían una correspondencia íntima que aún hoy se conserva. “Te sueño a veces en posiciones obscenas. Imagino cosas muy sucias, que no escribiré hasta que vea qué es lo que tú me escribes. Los más insignificantes detalles me producen una gran erección (…) En algunos momentos me siento loco, con ganas de hacerlo de alguna forma sucia, sentir tus lujuriosos labios ardientes chupándome, follar entre tus dos senos coronados de rosa, en tu cara, y derramarme en tus mejillas ardientes y en tus ojos, conseguir la erección frotándome contra tus nalgas y poseerte sodomíticamente” Como veis, no les iba el recato, mantenían la llama de la pasión viva mediante la versión más antigua del sexting, las cartas de papel que no llegaban como los wasap en tiempo real, sino que podían tardar meses en alcanzar a su sufrido destinatario. ¿Qué no habrían hecho de haber existido Lovense? Maravillas.
El hambre agudiza el ingenio, dicen, y lo mismo pasa con la falta de sexo. En el año 2009, el fundador de la marca mantenía una relación a distancia. “La falta de intimidad era un problema”, cuentan en la web de la compañía. Si él se veía en una situación así, otros estarían pasando por lo mismo. Sin embargo, el mercado no ofrecía por aquél entonces grandes soluciones para las parejas que buscaban juguetes teledildónicos y así germinó la aventura. En solo un año nació Remote Pleasure, un vibrador a control remoto que se controlaba a través de Skype. El invento fue todo un éxito, pero sabían que se podía mejorar.
En 2013 lanzaron al mercado Max y Nora, los primeros juguetes de su clase que funcionaban a través de una aplicación. Nora fue el primer conejito rampante con bluetooth y Max fue el primer masturbador masculino con bluetooth. Lo más fabuloso de estos dos artículos no era solo que se pudieran controlar tanto a distancias cortas como a miles de kilómetros, es que ambos ofrecían la posibilidad de sincronizarse entre ellos (un Max con un Nora, un Nora con un Nora, o un Max con un Max) y uno respondería a los movimientos del otro. El futuro era esto y miles de personas le dieron la bienvenida.
Los años siguientes fueron vertiginosos, en 2015 salió a la venta Lush, un vibrador de bala a control remoto muy poderoso y con nuevas funcionalidades gracias a la implementación de una nueva aplicación. La respuesta de los usuarios fue tan buena que llegó a recaudar más de cien mil dólares en la web de crowdfunding Indiegogo. Su intención era haber lanzado el Lush y un vibrador anal con bluetooth al mismo tiempo, no obstante, pasaron 18 meses más antes de tener el plug a punto, la respuesta en Indiegogo fue una vez más increíble, llegando a recaudar por este juguete más de 200.000 dólares en compras anticipadas.
Ambi, un mini vibrador de bala con diseño único, Edge, un masajeador de próstata ajustable, Domi, un mini wand super potente, y Osci, un juguete para el punto-G con tecnología oscilante patentada. El 2017 fue un gran año para el equipo de Lovense que lanzó cuatro juguetes eróticos consiguiendo recaudar más de 327.000 dólares en compras anticipadas en la misma plataforma de crowdfunding. Llegaron después dos nuevas aplicaciones, el adaptador bluetooth USB para poder conectar cualquier juguete Lovense a un PC Windows, y las nuevas versiones de los juguetes (el Lush 2, el Domi 2, el Max 2 y el Osci 2), resultado del gran trabajo realizado en los últimos años por una marca que ha conseguido erigirse como referencia en el mundo de la juguetería erótica a distancia.
Lovense utiliza en la elaboración de sus productos materiales de alta calidad absolutamente seguros para el cuerpo. La gran mayoría han sido fabricados con silicona médica, a excepción, por ejemplo, del Max 2, con una manga interior de TPE hipoalergénica. Los diseños han sido pensados para adaptarse de forma cómoda a las curvas propias del cuerpo facilitando su uso a solas o en pareja.
Todos los juguetes eróticos de Lovense son sumergibles, recargables y prácticamente silenciosos. En cuanto a la configuración de las aplicaciones, no se requiere ninguna habilidad técnica, es completamente intuitivo. Solo debes seguir paso a paso las instrucciones que te irán apareciendo una vez la descargues en tu dispositivo móvil.
Con Lovense las relaciones a distancia no volverán a ser lo mismo. Prometido.
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