Si como dijo Woody Allen, masturbarse es tener sexo con alguien a quien amas, los españoles son sin duda los que más se quieren. Así queda reflejado en el último informe elaborado por la compañía japonesa de masturbadores masculinos Tenga para el que han encuestado a 10.000 mujeres y hombres de nueve países distintos (Reino Unido, Alemania, Francia, España, Japón, China, Taiwán, Corea y Estados Unidos). Los españoles no son solo los primeros en donación de órganos y número de bares; también ganan por goleada en esto, convirtiéndose en líderes mundiales del onanismo. El denominado barómetro del autoplacer resulta ser una radiografía de una práctica que normalmente, salvo raras excepciones, queda en la intimidad, si no es del dormitorio, por lo menos sí de la casa de cada uno, que hay cosas que es mejor hacer en privado.
Un 93% de los sondeados españoles ha afirmado haberse masturbado, por encima de Reino Unido (91%), Alemania (89%), Estados Unidos (84%) y Francia con un 82 %. Al final de la cola quedan los países asiáticos, pero las cifras tampoco revelan un rechazo: Taiwán (80%), Corea (76%), Japón (76%) y, por último, China (73%). A más de la mitad de la población de cada país le gusta masturbarse. Nos gusta tanto que en muchos casos lo situamos por encima de otras actividades como reír, tomar una ducha, disfrutar de un buen plato de comida o visitar un lugar bonito.
¡A mí no me han preguntado! Dirá usted. Cierto, pero a ver, ¿qué contestaría? Ni pudores ni vergüenzas, la masturbación es saludable, incrementa el bienestar y contribuye a la relajación más que la terapia, el yoga, el paseo o la lectura. Que no le engañen, ni salen granos, ni se queda ciego, de lo contrario, las calles estarían atestadas de invidentes con pústulas.
Para los estadounidenses, la masturbación es la tercera actividad más placentera, solo por debajo de tener sexo con otra persona y estar con gente a la que quieres. En cuarta posición la sitúan ingleses, españoles, chinos y coreanos. Aquí, los que menos placer parecen obtener son los alemanes, que prefieren hacer diez cosas antes de ponerse al lío, entre ellas, comer, ducharse, viajar o darse un masaje.
En cuanto a razones para hacerlo, ninguna nacionalidad peca, precisamente, de originalidad. La mayoría lo hacemos para relajarnos, aliviar el estrés, satisfacer nuestras necesidades sexuales o sencillamente por el placer que nos provoca. Es verdad que algunos se descuelgan con argumentos tan prosaicos como el aburrimiento y para otros es una buena manera de conciliar el sueño sin pasar por la farmacia.
Quizá no les sorprenda saber que los hombres son más precoces en la edad de iniciación en todos los países encuestados. También para todas las nacionalidades la forma más común de conocer la masturbación es por cuenta propia, que para lo que queremos bien que indagamos. Para otros la revelación vino de un amigo, de los buenos, claro. Los menos lo descubrieron a través de películas y series de televisión, internet o en clases de educación sexual.
Y qué es mejor, ¿el sexo o la masturbación a solas? Preguntó Tenga. Pues lo sorprendente es que para ellas la cosa está bastante igualada. Mientras ellos lo tienen claro y apuestan por el sexo, ellas tienden a encontrar ambas actividades igual de placenteras. En especial las alemanas, que prefieren disfrutar a solas en un 38% de los casos, frente al 27% que opta por el sexo en compañía.
El calor y la noche, los mejores aliados de la masturbación
Eso parece. Todo comienza con la primavera, que ya se sabe. Los alemanes prefieren hacerlo en mayo. Para ingleses y franceses la excitación se incrementa paulatinamente hasta alcanzar su pico más alto en julio y los españoles aprovechan las noches de agosto para tocarse. Los enamorados del otoño se tendrán que conformar con ver las hojas caer porque octubre y noviembre, según los encuestados, son pésimos para las artes amatorias. Octubre es tan gris como parece.
Plátanos, cepillos y otras rarezas
En este apartado cada uno tiene lo suyo. Un cuarto de los sondeados confiesa haberse masturbado “de una manera extraña”. ¿Cómo? “Con una manzana”, “con un lápiz”, “usando una zanahoria” o “mientras iba en el autobús” dicen en España. “Con una pequeña banana”, “con un globo” o “con un cepillo de dientes" admiten en Alemania. “Con el mango del cepillo” o “con una botella de plástico en Reino Unido; o “con una lámpara de lava” y “con un pepino” en Francia. Aquí el límite está en lo que tengas a mano, en tu imaginación, o en tu sentido común.
Pornografía para ellos, imaginación para ellas
¿Cómo nos excitamos a la hora de masturbarnos? ¡Sorpresa! La mayoría ve pornografía. Aunque hay que señalar que aquí la diferencia entre hombres y mujeres es enorme. Las fantasías ocupan el segundo lugar en la lista y aquí sí, ganan ellas. Mirar fotografías, recordar experiencias previas, leer historias eróticas y utilizar juguetes sexuales son otros de los entretenimientos para ponerse a tono.
Actores y estrellas del porno protagonizan las fantasías sexuales de hombres y mujeres. Pocas novedades. A ellas les gusta imaginarse con Brad Pitt, George Clooney, Johnny Depp o Christian Grey y ellos fantasean lascivamente con Jennifer Aniston, Scarlett Johansson o Emma Watson.
¿Juguetes sexuales? Sí, por favor
El barómetro de Tenga muestra también la normalización de los juguetes sexuales en las diferentes sociedades. Más de la mitad de los encuestados dice haber utilizado alguno y aquí también ganan las mujeres. No obstante, tanto ellas como ellos manifiestan que el uso de juguetes aumenta su satisfacción durante la masturbación y el sexo.
Ahora que conocemos un poco más nuestros hábitos onanistas, explora lo que te gusta y ya sabes, si hoy tienes ganas de ti, ¡disfruta!