Bijoux Indiscrets Maze Látigo Color Negro

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Hay otra clase de orgasmos, sí, orgasmos que preceden al desvanecimiento, orgasmos que suponen la pérdida de la conciencia, la culminación de una vida y no solo de un encuentro sexual. Hay orgasmos ligeros y breves, y orgasmos tan alucinantes que nos recorren como un rayo desde el pelo de la cabeza hasta el dedo gordo del pie. Por supuesto todos merecen la pena, sola faltaba, pero unos más que otros. Lo que te proponemos hoy es que apuestes por los segundos, que huyas de la mediocridad para alcanzar eso que da sentido a la vida, un rapto erótico que desencadene en el mismísimo centro del placer. Olvida todo lo que creías saber hasta ahora, deja atrás los prejuicios y atiende.

El BDSM (bondage/disciplina, dominación/sumisión, sadismo/masoquismo) es más de lo que indican sus siglas, es todo lo que tú quieras. Un universo que para algunos resulta inhóspito pero que supone un viaje al fondo de la libido, un camino en el que el deseo y la excitación se abren paso como un río, arrollándolo todo. El único límite es el consentimiento, absolutamente todo, cualquier práctica, ha de ser segura y voluntaria. Con eso claro, prepárate para una auténtica montaña rusa de sensaciones.

Desnúdate (nada de dejarte los calcetines blancos puestos porque hace un poco de fresquito) y establece los roles. ¿Quién quieres ser hoy? Podéis usar unas esposas para la inmovilización, una venda para los ojos, un collar para la sumisión, y un látigo para acariciar primero y castigar más tarde con placenteros azotes que os lleven al cielo (o al infierno, depende de a dónde quiera viajar cada uno). Aquí tienes el látigo con flecos de la colección Maze de Bijoux Indiscrets. Un accesorio tan provocador como sofisticado que se convertirá en vuestro mejor aliado para la aventura que estáis a punto de comenzar.

Elaborado en cuero vegano, un material sintético y reciclable absolutamente respetuoso con el medio ambiente, este látigo de flecos tiene un tacto extremadamente suave y la contundencia necesaria para que las caricias adopten el tono y la dureza que requiera cada momento. Vigila la intensidad y el ritmo, ahí está el secreto. Que los dioses del sexo os acompañen.