Látigos BDSM

El jefe y la secretaria, la profesora y el alumno remolón, el reo y el carcelero, o la casera y el inquilino que no puede pagar su mensualidad y debe ser castigado. La parte psicológica es indispensable, el intercambio de poder, la desnudez, la respiración jadeante, una combinación adictiva que te está esperando. Empuña tu látigo y que comience la partida.

“Trátame como si fuera una mala chica, aunque sea buena contigo / no quiero que me des las gracias, limítate a darme unos azotes…”. Los versos están sacados de 'Hanky Panky', la canción que Madonna escribió tras su tórrido romance con Warren Beatty. Toda una oda a un placer no tan alternativo como algunos creen. De hecho, varios manuales chinos sobre sexo (ya se sabe que los chinos son precursores en casi todo) sostienen que un poco de dolor administrado con pericia incrementa la potencia y la intensidad del orgasmo. La historia está llena de devotos de esta práctica sexual, desde los frescos etruscos que retratan a hombres y mujeres inmersos en un sexo oral acompañado de latigazos, hasta las leyendas que hablan de Jack Nicholson como un mago del ‘spanking’ armado como una pala de ping-pong.

El látigo es un complemento imprescindible para iniciarte en el mundo BDSM. Los azotes, lejos de ser machistas o crueles, apelan a los instintos más básicos, al placer más puro. La indefensión y la entrega voluntaria, la excitación mental de asumir ciertos roles, el calor y el impulso controlado, convierten los juegos con látigo en todo un arte erótico. El jefe y la secretaria, la profesora y el alumno remolón, el reo y el carcelero, o la casera y el inquilino que no puede pagar su mensualidad y debe ser castigado. La parte psicológica es indispensable, el intercambio de poder, la desnudez, la respiración jadeante, una combinación adictiva que te está esperando. Empuña tu látigo y que comience la partida.

Los mejores látigos BDSM para azotar

De cuero, de caucho, de cuero vegano sintético, cortos o largos, con mango de metal, de madera, de vidrio, hay muchos tipos de látigos BDSM pero en EroticFeel encontrarás los mejores del mercado. Sofisticados, sexys, elegantes y elaborados con los mejores materiales, son mucho más de lo que parecen. ¿Qué tal si pruebas con un collar con correa que se convierte en látigo? ¿Y un flogger tan suave y firme que te ofrezca desde las más delicadas caricias hasta los más contundentes y severos azotes?

¿Cómo puedo usar un látigo BDSM?

Que el sexo en un tren y unos buenos azotes en la intimidad sean dos de las fantasías más recurrentes no es ninguna casualidad. Es cuestión de ritmo. Y ese es el secreto, imprimir a los movimientos del látigo la candencia adecuada, empezando despacio, suave, para ir incrementando la fuerza y la rapidez al mismo tiempo que se dispara la excitación. El mundo BDSM es un muy amplio, y puedes aderezar la experiencia todo lo que tú quieras.

Con las manos inmovilizadas por unas esposas Maze y un antifaz en los ojos que agudice el resto de tus sentidos, estarás completamente a su merced. El látigo rozará primero tu piel, despertándola mientras tu pareja te susurra al oído cómo quiere que te coloques. Hazlo. Pronto no podrás resistirte a nada, la presión sobre tu cuerpo, el dulce dolor, placentero, el deseo abriéndose paso. ¿Cuánto tiempo crees que aguantarás?

¿Es seguro usar un látigo en tus relaciones sexuales?

Y, ¿por qué no iba a serlo? Cualquier práctica BDSM debe ser siempre segura y consensuada y, por supuesto, se debe aplicar siempre el sentido común. Si eres de los que mete los dedos en el enchufe solo por ver qué pasa igual esto no es lo más recomendado para ti. Las zonas aptas para el azote son las nalgas y los muslos (con cuidado). Nunca hay que azotar otras zonas más delicadas del cuerpo y debéis establecer antes de comenzar una palabra de seguridad, es decir, un término que dé por concluido el juego inmediatamente. Siguiendo este consejo, usar en látigo en tus relaciones sexuales es absolutamente seguro.

¿Qué es un flogger BDSM?

Si estamos iniciándonos en el universo BDSM, muchos términos pueden resultarnos confusos y lejanos. Vamos a intentar aclarar aquí uno de los más comunes, flogger. Procede de la palabra inglesa ‘flog’; es decir, azotar, y hace referencia a un instrumento para la flagelación erótica. Es básicamente un látigo con varias tiras, al menos dos.

Si has llegado hasta aquí ya estás preparado para comenzar una aventura tan exquisita como excitante. Colócate en la línea de salida y mantén el ritmo. ¿Aún no sabes lo que te espera en la meta?

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