Christian saca del cajón unas esposas de metal. Son macizas y el metal está frío.
- “Tengo ganas de usarlas contigo ahora. ¿Quieres jugar?” – me dice Christian en voz baja, y el deseo explota en lo más profundo de mi vientre.
- “Sí” – jadeo.
- “Esto no va a doler, Anastasia. Pero va a ser intenso. Muy intenso, porque no voy a dejar que te muevas. ¿Entendido?”
Pues aquí tenéis uno de los objetos más deseados de la colección oficial de Cincuenta sombras de Grey. Las esposas metálicas que consiguieron que miles de personas que jamás habían escuchado la palabra bondage y que creían que el BDSM era una práctica para pervertidos, soñaran como el sometimiento, con la excitación de verse atado, indefenso a merced del otro. Eso es el bondage, el placer de la inmovilización voluntaria, y nada como estas esposas para iniciarte en un mundo de deseo en el que la excitación adquiere nuevos significados.
Se trata de unas esposas elaboradas en metal con diseño clásico y ajustables a todas las muñecas, perfectas para atar o ser atado. Una vez que las cierres el juego habrá comenzado. Si quieres ir un paso más allá prueba con una venda o antifaz, sin poder ver lo que pasa el resto de sentidos se agudizan, las sensaciones son más fuertes. ¿Todavía queréis más? Qué tal unos suaves azotes con el ritmo apropiado. Látigos, fustas, collares con correa, la juguetería para dar rienda suelta a tus fantasías más oscuras es inabarcable. ¿Te atreves?
Ref.: 1700852
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