Michael Fassbender se quedó sin Oscar por enseñarlo, o eso se rumoreó casi a gritos. El actor irlandés-alemán interpretó en ‘Shame’ a un adicto al sexo que llega al límite emocional y físico. Una actuación magistral que no dejó a nadie indiferente y un pene con el que George Clooney dijo que Fassbender “podría jugar al golf sin palo”. Quizá los académicos se sintieron intimidados.
Se puede fracturar aunque no posee estructuras óseas, y se debe, según explicó a El País la andróloga Alejandra Egui, a la rotura de la fascia de Buck, que es la estructura que rodea los cuerpos cavernosos. “Para que esto suceda, el pene debe encontrase necesariamente en estado erecto".
Según el estudio 'What Is a Good Looking Penis' publicado en la revista Journal of Sexual Medicine a las mujeres les importa poco el tamaño del pene y mucho más que sea estéticamente agradable.
El tamaño medio de pene es de 9 centímetros en reposo y 13 en erección.
El rey de España Fernando VII, aquejado de macrosomía genital, tenía un pene tan grande que para hacer el amor con su mujer tenía que utilizar un cojín circular con agujero central que los médicos fabricaron para evitar que la reina sufriese desgarros al ser penetrada. El escritor francés Prosper Merimeé lo describió así: “fino como una barra de lacre en la base, y tan gordo como el puño en su extremidad; además, tan largo como un taco de billar”.
En 2010, la Asociación de Cinematografía de Estados Unidos varió sus términos para que, en caso de haber un pene, quedase tipificado para evitar sustos a los espectadores.
Sylvia Plath dijo del pene que le recordaba “al cuello arrugado y la molleja de un pavo viejo”.
La artista Louis Bourgeois declaro, en cambio "cuando he querido representar algo que amo, obviamente he representado un pene".
En la antigua Grecia, los penes pequeños eran señal de mesura y proporción, los grandes eran considerados vulgares y burdos y se atribuían a los sátiros. Algunos griegos colgaban falos gigantes en la entrada de sus casas para asustar a los invasores.
Existe una anomalía genética llamada difalia por la que un hombre puede tener dos penes.
El pene que más hemos visto en el cine es del actor Ewan McGregor que ha estado nada menos que 1.103 segundos chupando cámara.
Japón celebra cada abril el Kanamara Matsuri o Festival del falo de acero. Alrededor del templo Kanayama, donde antaño oraban las prostitutas rogando protección frente a las enfermedades de transmisión sexual, ahora se celebra una procesión con altares portátiles que portan enormes penes.
En el siglo XV se creía que las brujas tenían la capacidad de despojar a un hombre del pene y así se recogía el Malleus Maleficarum, el libro de referencia para detectar la brujería escrito por los inquisidores Jakob Sprenger y Heinrich Krämer. Las brujas podían hacer desparecer los penes, pero también robarlos y guardarlos como mascotas.
El ánade azulón, que no es otra cosa que el pato común, completa la erección de su pene en menos de un tercio de segundo y su pene en espiral crece a 1,6 m/s hasta alcanzar los veinte centímetros.
Provocar y mantener las erecciones ha sido una obsesión constante a lo largo de la historia. Plinio el Viejo recomendaba a los romanos untarse la base del pene con excrementos de caballo, en el sudoeste de Francia se ponía sal en el bolso izquierdo del novio antes de la misa de su casamiento para evitar la impotencia.
Los romanos utilizaban amuletos con forma de penes voladores a los que llamaban fascinum y que, creían, las protegían contra la enfermedad.
En algunos lugares de latinoamérica llaman al pene cíclope llorón.
Si tu único dios es el falo no has inventado nada, la iglesia de Príapo, fundada en Estados Unidos en la década de los 80, rinde culto al pene, a cualquier pene: “Creo en la igualdad de todas las pollas sin ningún tipo de discriminación, ya sean blancas, negras, grandes o pequeñas”.
El esmegma es una sustancia blanca y espesa que aparece en los genitales, tanto femeninos como masculinos, aunque se da más frecuentemente en los varones. Formado por piel muerta, secreciones de la próstata y sebo natural causa mal olor y aumenta el riesgo de infecciones. ¿El remedio? Lavarse con regularidad haciendo hincapié en la zona que hay debajo del prepucio.
El culto al Santo Prepucio fue derogado en 1900. Se trata, para aclararnos de una presunta reliquia asociada a Jesús que, como judío, habría sido circuncidado a los 8 días de nacer.
