Dejemos las cosas claras, no se busca el orgasmo como se come un plato de brócoli. Los efectos y beneficios que el clímax tiene en nuestra salud son solo un maravilloso complemento de algo aún más fantástico. Espasmos, sudor, ojos vidriosos, pulsaciones aceleradas, pérdida de conciencia, demasiado trascendental para reducirlo a una lista de ganancias. “La primera religión del hombre estuvo basada en la sexualidad y solo por medio de ella podemos encontrar nuestro verdadero origen”, sentenció el médico y anarcoindividualista estadounidense J. William Lloyd. Así que como toda religión pasa inevitablemente por la rentabilidad que ofrece a sus fieles, nos rendimos y te contamos algunos de los principales beneficios del orgasmo, además del intenso placer, por supuesto. Primera lección: un orgasmo al día al médico alejaría.
Mejora el sistema inmunológico y cardiovascular.
Según distintos estudios, los orgasmos incrementan la cantidad de anticuerpos de nuestro organismo, lo que nos ayudaría a combatir mejor virus y bacterias. Además, la Fundación Española del Corazón (FEC) asegura que la práctica sexual periódica ayuda a reducir las probabilidades de padecer un infarto. Ya en 1976, una investigación médica que analizó la vida sexual de 100 mujeres que habían sufrido un infarto de miocardio concluyó que el 65% de ellas no llegaba al orgasmo durante el sexo. En el grupo de control de mujeres sin problemas cardiovasculares, este porcentaje era del 24%.
Desde la FEC explicaban a el diario El País que durante el orgasmo se liberan adrenalina y endorfinas, hormonas que funcionan como vasodilatadores y que mejoran la circulación de la sangre y evitan la formación de coágulos.
Se fortalece el suelo pélvico
No hay nada como un orgasmo diario para mantener el suelo pélvico fuerte y tonificado. Las contracciones y espasmos que genera el clímax junto a la irrigación sanguínea de la zona genital fortalecen la musculatura de forma muy placentera. Mejor que los ejercicios de Kegel, prometido.
Alivia el dolor menstrual
Y una vez más entran en juego las hormonas. Las endorfinas que liberamos durante el orgasmo funcionan como analgésico natural, ayudando a disminuir las posibles molestias menstruales u otros dolores, como el de cabeza.
Mejora el estado de ánimo
La salud mental y emocional están muy liadas a la satisfacción sexual. La liberación de oxitocina durante la excitación y el orgasmo genera altas dosis de bienestar, es decir, nos provoca sensación de felicidad y nos vuelve más alegres y extrovertidos. También nuestra autoestima y confianza se verá recompensada.
Quema calorías
Como lo lees. Evidentemente, cuanto más intenso y duradero sea el sexo que te lleve al orgasmo, más calorías quemarás. En una relación sexual se pierden, de media, 150 calorías. Nuestro consejo, por otra parte, es que te olvides de este dato, ¡solo faltaba que te pusieras a contar calorías también en ese momento!
Reduce los niveles de estrés
Ya te hemos contado que las hormonas que se liberan durante el orgasmo funcionan como analgésico, pero es que también lo hacen como ansiolítico natural. La satisfacción sexual no solo reducirá tus niveles de estrés y ansiedad, también te ayudará a conciliar el sueño.
Mejora el aspecto de la piel
El orgasmo favorece la circulación de la sangre, hace que la piel se oxigene ganando brillo, elimina toxinas y te hace más feliz. ¿Conclusión? Inevitablemente tendrás mejor aspecto. Mejor que el maquillaje más caro del mercado, efecto buena cara al instante.
Para resumir, los orgasmos refuerzan tu salud cardiovascular y favorecen tu circulación sanguínea, te ayudan a estar más relajado y a conciliar el sueño, incrementan tu belleza y elevan tu estado de ánimo. Como una lotería, vamos, pero sin impuestos. Además, son una razón fantástica para levantarse cada mañana.
