Cómo iniciarse en el BDSM

Cómo iniciarse en el BDSM
EroticFeel 6/10/2022

“La creencia de que la práctica del sadomasoquismo es un medio para liberar una violencia latente y dar rienda suelta a la agresividad es poco menos que estúpida. No hay ninguna agresividad en las prácticas de los amantes sadomasoquistas: inventan nuevas posibilidades de placer haciendo un uso creativo de partes inusitadas del cuerpo, erotizándolo. No se trata sino de sondear el placer y todas sus posibilidades”. Así lo explicó el filósofo y escritor francés Michel Foucault en una entrevista que concedió en 1982 y así empezamos nosotros este artículo. Ya ves, la sexualidad forma parte de nuestra libertad como individuos y, siempre que hablemos de adultos que consienten, el BDSM no tiene absolutamente nada de malo. ¿Indagamos?

¿Qué es el BDSM?

Estrictamente, BDSM es un acrónimo formado por la B de bondage (inmovilizaciones, ataduras), las D/S de dominación y sumisión, y las S/M de sadomasoquismo, uso de dolor erótico. Es decir, el BDSM es un enorme buffet que incluye desde las órdenes suaves, las ataduras con cuerdas o los azotes hasta el fisting o la asfixia erótica (muy del gusto David Carradine y poco recomendable, por cierto). Y puedes picar de todo o hincharte de un solo plato. Tiene, por supuesto, algo de rito y algo de juego, de perderse en el otro, de dejarse llevar y aceptar roles, de dominar y de obedecer, de descubrir hasta dónde eres capaz de llegar.

Bondage: el primer paso

La primera de las letras, la B de Bondage, es la disciplina más extendida dentro del universo BDSM. El término significa servidumbre y hace referencia al erotismo que liga el deseo sexual a la inmovilización de uno de los miembros de la pareja. Hablamos de un placer físico y psicológico en el que entran en juego la indefensión y el desamparo, la libertad de confiar completamente en el otro, el roce y la textura de las ataduras en las distintas partes del cuerpo y la excitación que se desencadena al atrapar o verse atrapado.

Los estudios lo confirman, atar o ser atado es una de las fantasías eróticas más comunes. La segregación de endorfinas y adrenalina convertirá la experiencia en un torbellino de sensaciones que se pueden incrementar si el sumiso, además de estar atado, tiene los ojos vendados. ¿Qué se necesita? No demasiado. Dos personas (como mínimo) con ganas, establecer los roles, tener a mano los accesorios para realizar las ataduras (arneses, collares, esposas, lazos) y consensuar una palabra seguridad que de por finalizado el juego de inmediato si se pronuncia.

Consejos para las primeras veces

  • Haz lo que te apetezca y solo con quien te apetezca. Consejo que, por cierto, se puede aplicar a todo.
  • Si es tu primera vez, deja las cuerdas para más adelante y opta por materiales suaves que no te aprieten demasiado y por esposas y lazos fáciles de retirar.
  • Déjate llevar disfrutando del proceso completo, sin prisas. Combina la inmovilización con una venda en los ojos. La privación de la vista intensifica el resto de los sentidos.
  • Antes de empezar, ten en cuenta el ambiente: dónde lo vais a hacer, qué ropa (si hay ropa) vais a utilizar, qué luz habrá, etc.
  • Nunca ates ni dejes que te aten zonas vitales como el cuello.
  • Establecer una palabra de seguridad es la regla de oro. Antes de lanzarte a practicar algo nuevo deberías tener la suficiente confianza como para marcar tus límites. En cualquier caso, la palabra de seguridad tiene que estar fijada siempre de antemano y en el momento en el que se pronuncie, el juego debe acabar inmediatamente.

Juguetes para BDSM

Esposas, arneses, fustas, mordazas, collares, plumas, lencería… El catálogo de artículos relacionados con el BDSM es enorme y adentrarse en él es como hacerlo en un centro comercial con cientos de pasillos repletos hasta los topes de cosas que ni te imaginas que existieran. No te agobies. Poco a poco descubrirás qué tipo de juguetes BDSM se adaptan más a tus prácticas favoritas. Nosotros, por pura bondad, vamos a hablarte de los más utilizados y demandados para iniciarse.

Esposas

Fundamentales, las esposas te permiten inmovilizar de forma rápida y segura sin tener que apuntarte antes a un curso de nudos marineros. ¿Lo mejor? Que las hay para todos los gustos: sofisticados y ajustables grilletes de plumas, sensuales brazaletes elaborados en cuero vegano, esposas de preciosa malla metálica que parecen un complemento de moda, esposas de organza y de satén, esposas clásicas que parecen sacadas de una serie policíaca y hasta esposas acolchadas.

Tanto si te quieres iniciar en el bondage como si solo quieres aderezar tus relaciones probando algo provocador y distinto, las esposas eróticas son un juguete ideal.

Azotadores sexuales

Látigos de suave cuero vegano, fustas de charol, paletas, varas… diferentes tipos de azotadores sexuales concebidos para el placer, para darlo y para recibirlo, para perderse en las sensaciones más inesperadas y para dejarse llevar por los deseos más oscuros. El gusto por dar o recibir azotes en un contexto erótico es más común de lo que te imaginas. Recuerda que no tiene ni debe tener ninguna connotación violenta o machista, que se trata de dar con el objeto adecuado en el lugar adecuado (siempre en las nalgas) y con el ritmo y la intensidad precisa para que la excitación se dispare.

Ataduras

Sensuales arneses que decoran tu cuerpo, seguros y suaves collares con correa y látigo para controlar los movimientos, ligueros y ligas que darán la bienvenida a una excitante sesión de juegos… si combinas las ataduras con una máscara o antifaz y te armas con una fusta y una pluma ni el Marqués de Sade estará a tu altura.

Otros accesorios

Suaves plumas para estimular cada centímetro de piel, seductoras máscaras y antifaces para adornar la mirada o privar de la vista, mordazas para acallar los gritos… como decíamos, el mundo de los accesorios y juguetes BDSM es inabarcable. ¿Quieres empezar y no sabes por dónde? Quizá lo mejor sea un kit con todo lo justo y necesario reunido en una cajita. Prueba y nos cuentas. A veces, se trata solo de caer de un lado a otro, de la rutina y el aburrimiento a la desnudez y el acaloramiento.

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