Cómo usar esposas en la cama

Cómo usar esposas en la cama
EroticFeel 19/4/2022

Dejar que te aten para liberarte de ataduras, ¿paradójico? No tanto. No solo la inmovilidad llega cuando las esposas se cierran sobre tus muñecas. Los roles cambian. Aparece la indefensión, la excitación mental del abandono, la segregación de endorfinas y adrenalina de verse atrapado, completamente a merced de otros deseos que incrementan el suyo. Ese es el poder de las esposas en la cama. ¿Te apetece probarlo?

En uno de los últimos estudios realizados sobre fantasías sexuales en Estados Unidos, un grupo de hombres y mujeres contemplaron el mismo vídeo porno unas cuantas veces seguidas. Como es lógico, la excitación mermó con cada nuevo visionado. Al cambiar de escena, la excitación volvió a dispararse de nuevo. Tampoco hace falta ser Einstein, haz la prueba. El deseo se nutre de la novedad y del juego. Y nosotros te proponemos uno sencillo, al alcance de cualquier pareja. ¿Requisitos? Unas esposas y establecer las normas.

Antes de empezar establece normas

Que vayas a probar unas esposas en la cama no significa que accedas a que te azoten, te den órdenes o te derramen cera caliente sobre la piel, o quizá sí. Todo vale si es consentido, por eso conviene hablarlo. Atar o ser atado forma parte del bondage, la famosa B de BDSM, y se puede llevar a cabo con esposas o con otro tipo de ataduras. No es una técnica perversa ni abusiva y, por si tenías alguna duda, tampoco está considerada una parafilia sexual. Para iniciarse y experimentar, lo más recomendable es hacerlo con unas esposas específicamente diseñadas para este tipo de juegos, seguras, elaboradas con materiales suaves y fáciles de poner y de quitar.

La improvisación está muy bien, pero hay ciertas cosas que deben quedar claras antes de comenzar. ¿Hasta dónde estáis dispuestos a llegar?, ¿cuáles son las líneas rojas?, ¿qué esperas que ocurra y qué no quieres que ocurra jamás? Son tres preguntas que debéis haceros primero para que no se produzcan situaciones incómodas o molestas más tarde. Recuerda, además, que BDSM y masoquismo no son sinónimos, que el BDSM es un mundo amplísimo y que puede gustarte o no todo lo que implica.

Y, por supuesto, hay que establecer una palabra de seguridad. Aunque el sexo con esposas no representa a priori ningún riesgo, es necesario que fijéis una palabra que, de ser pronunciada, suponga el fin inmediato del juego. Se trata de asegurar que el placer es compartido en todo momento y que, si esto cambia, la sesión acabará sin demora.

Juegos sexuales con esposas

Establecer personajes. Como es lógico, en cuanto un miembro de la pareja tenga las esposas puestas los roles están marcados. Habrá un dominante y un sumiso, uno que lleve las riendas y otro que se deja guiar abandonándose física y mentalmente. Pero sí podéis fantasear y recrear situaciones, interpretar papeles. ¿Cuál será el policía y cuál el detenido?, ¿quieres jugar a ser mejor escapista que Houdini?, ¿te han pillado robando en unos grandes almacenes y el guardia de seguridad abusando de su poder te esposa en su garita?

Sube la apuesta y combina las esposas con una venda para los ojos. Privado de la movilidad y la vista el resto de los sentidos se agudizan. Cada caricia, cada beso, cada roce se siente intensamente. Lleva a tu pareja hasta el límite del placer, para justo antes de que llegue al orgasmo y vuelve a empezar.

Utiliza una pluma y juega con las cosquillas. Dedica tiempo a recorrer lentamente el cuerpo de tu pareja sin que pueda hacer nada por remediarlo, recréate en cada recoveco y retrasa la estimulación genital todo lo posible.

Posturas para utilizar esposas en pareja

Aquí vale todo siempre que ambas partes estén cómodas, pero por si la imaginación no es lo tuyo vamos a darte algunas buenas ideas para empezar cuanto antes:

  • La persona que va a llevar las esposas se sienta en una silla y su pareja le esposa las manos detrás del respaldo al más puro estilo secuestrado. La venda en los ojos es opcional. El dominante podrá estimular al dominado con las manos, la boca, una pluma o cualquier cosa que se os ocurra.
  • El misionero con las manos esposadas detrás de la cabeza. No obstante, y una vez metidos en faena, si el sometido no tiene las manos esposadas a algún otro objeto como una barra o el cabecero de la cama, la postura se puede ir variando como en cualquier otra relación sexual.
  • La postura de la amazona o del perrito con las manos esposadas detrás de la espalda son también opciones especialmente placenteras y muy fáciles de practicar.
  • Sexo de pie. Esta te la recomendamos muy especialmente, pero necesitas una barra, un gancho o algún otro lugar donde puedas sujetar las esposas. Tendrás a tu merced el cuerpo entero de tu pareja para hacer lo que prefieras y estimularlo de mil maneras.

Las mejores esposas para utilizar en la cama

Si te vas a iniciar en esto de los juegos bondage, las más adecuadas son las esposas de la marca Bijoux Indiscrets. Elegantes, sofisticadas y seductoras, las puedes encontrar en peluche, en cuero vegano con diferentes grosores y ajustables y hasta de lujosa malla metálica para elevar tus looks más sexys.

Si buscas algo más clásico, unas esposas metálicas y resistentes con el diseño más tradicional, la marca Cincuenta sombras de Grey ofrece las que utilizaría el mismísimo Christian.

Felices y húmedos juegos.

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