Coreorgasm: el orgasmo del deporte

Coreorgasm: el orgasmo del deporte
EroticFeel 4/10/2022

No es una estrategia publicitaria de las autoridades sanitarias para fomentar la práctica del deporte, aunque podría. Porque seamos sinceros, nos pueden enumerar las muchísimas bondades del ejercicio físico que por reducir el riesgo de infartos, los problemas respiratorios y la diabetes puede que no nos levantemos del sofá, pero por un orgasmo… ay, amiga, por un orgasmo la cosa cambia. Hablamos del coregasm, coregasmo, coreorgasmo o abdorgasmo, muchos nombres para una misma cosa (como Felipe Juan Froilán de Todos los Santos, pero mejor, claro). Si no tienes demasiado claro de qué estamos hablando dedica dos minutos a leer este artículo y ya tendrás tema de conversación para la próxima cena.

¿Qué es un coreorgasmo?

Simplificando, hablamos de un orgasmo que se alcanza mientras se realiza ejercicio. ¿Cualquier ejercicio? Parece que no. Ya su propio nombre hace referencia a la musculatura del core y de los abdominales y, según el estudio realizado por la Universidad de Indiana (Estados Unidos) en 2011, son los abdominales seguidos por los entrenamientos de bici o spinning, las pesas, el running y el yoga (por este orden) los deportes que más lo provocan.

Para empezar, aclaremos que no estamos ante un nuevo descubrimiento. Ya a mediados del siglo XX, Alfred Kinsey, uno de los pioneros en la investigación de la sexualidad, dejó constancia de que alrededor de un 5% de las mujeres que participaban en sus encuestas aseguraban haber llegado al clímax mientras practicaban ejercicio. ¿Se trata entonces de algo exclusivo de las mujeres? No hay suficientes datos pero, de momento, todos los estudios que se han realizado sobre el tema se centran en la experiencia femenina.

¿Se siente igual que cualquier otro orgasmo?

Todos los expertos coinciden: no hay diferentes tipos de orgasmos, lo que no significa que no haya diferentes formas de alcanzarlo. Esto quiere decir que no hay un orgasmo vaginal, un orgasmo de clítoris y un orgasmo del dedo gordo del pie, hay solo un orgasmo y es el que se desencadena en el cerebro. No obstante, sí existen diferentes caminos para llegar a él y no todos pasan por la estimulación directa de los genitales (como demuestran los orgasmos que se producen en ocasiones mientras dormimos).

Teniendo esto en cuenta ¿se siente igual el orgasmo que llega mientras practicamos deporte y el orgasmo que llega mientras nos masturbamos? Pues no, básicamente porque no hay dos orgasmos que se sientan exactamente de la misma manera. Si nos atenemos a las declaraciones recogidas por la experta en sexualidad Debby Herbenick en su libro The Coregasm Workout, algunas de las entrevistadas sostuvieron que eran “menos intensos, pero suaves y agradables” y que provocaban “gusto y satisfacción”.

¿Cómo conseguir un coreorgasmo?

La práctica regular de ejercicio, aunque no nos provoque orgasmos directamente mientras lo realicemos, mejorará intensamente nuestra vida sexual incrementado la resistencia, el deseo, la lubricación natural y la intensidad de los orgasmos. Ahora bien, si hablamos del coreorgasmo y recurrimos a los datos aportados por el estudio de la Universidad de Indiana ya citado, de un total de 530 participantes, 246 afirmaron haber experimentado placer y 126 aseguraron haber llegado al orgasmo.

¿Y cómo lo consiguieron esas 126 mujeres? Pues el 51% realizando abdominales, el 19% sobre bicicletas estáticas, el 9,3% entrenando con sogas, un 7% levantado pesas y otro 7% corriendo o practicando otro tipo de ejercicio. Estos son los deportes más propicios para el placer pero ¿hay algo más que tú puedas hacer o poner de tu parte para experimentar el coregasmo? Algunos expertos atribuyen este inesperado clímax a una mezcla de factores entre los que destacan: una musculatura pélvica muy desarrollada y la segregación de endorfinas y dopaminas.

Fortalece tu suelo pélvico

Parece que los beneficios de un suelo pélvico tonificado son incontables. Ya sabíamos que prevenían las pérdidas de orina y los prolapsos, que aumentaban la lubricación natural, incrementaban el deseo y garantizaban orgasmos más intensos y fáciles de alcanzar, pero a todo esto también hay que sumar que una musculatura pélvica fortalecida posibilita la llegada de un orgasmo al practicar deporte. ¿Cómo? Algunos expertos sostienen que al endurecer los músculos centrales y las piernas se activan los impulsos del área pélvica.

La musculatura pélvica sería como una especia de hamaca, un grupo de músculos que sostienen el útero, la vejiga, el intestino delgado y el recto. Y para evitar su debilitamiento, lo más recomendable son los ejercicios de Kegel, es decir, contraer y relajar los músculos en series de varias repeticiones al día. ¿Te da pereza? Pues hazte con unas buenas bolas chinas y te facilitarán la tarea.

Relájate

¿Has oído alguna vez que si miras constantemente la olla que has puesto al fuego tardará más en comenzar a hervir? Pues con esto pasa algo similar. Si tu único objetivo es llegar al orgasmo y la idea te obsesiona, no pasará nunca. Relájate y abre tu mente a la posibilidad de nuevas experiencias. Las recompensas del deporte pueden ser inesperadas.

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