En mayo de 2017, Emmanuel Macron gana las elecciones presidenciales en Francia y su mujer, o más bien la edad de su mujer, ocupa titulares en todo el mundo. Macron tenía entonces 39 años, Brigitte Trogneux, 64. Ese mismo año accede a la Casa Blanca Donald Trump con 70 años y una esposa, Melania Trump, a punto de cumplir los 47. La diferencia de edad es casi la misma, sin embargo, nadie dudó de la sexualidad de Trump ni circularon memes de padres con sus hijas en la playa con pies de foto como ‘las primeras vacaciones de Trump y su esposa’. En aquel momento se usó la palabra inglesa ‘cougar’ para definir a Trogneux, quizá porque aún faltaban dos años para que apareciera el término ‘cubbing’. ¿La diferencia entre ambos? Ambos términos se podrían confundir, aunque cougar se utiliza para referirse a una mujer mayor que prefiere a los hombres jóvenes y cubbing hace hincapié en la reciprocidad, en la relación entre hombres jóvenes y mujeres mayores de 50.
¿Qué es el cubbing?
Con titulares como ‘la nueva tendencia sexual’ o ‘la tendencia sexual de moda’, lo único nuevo del cubbing es su nombre (y si no que se lo cuenten a Dinio y a Marujita Díaz). Como hemos dicho, cubbing se refiere a la relación sexual o romántica que se establece entre un hombre joven y una mujer madura. ¿Te estás preguntando si existe un término para definir las relaciones entre hombres mayores y mujeres jóvenes? No.
¿Quién dio origen a este término?
El término cubbing lo utilizó y popularizó Candace Bushnell, periodista y autora de la columna y del libro ‘Sex and the City’ que daría origen a la serie de televisión. En 2019, Bushnell publicó ‘Is there still sex in the city?’ (‘¿Todavía hay sexo en la ciudad?’) y en la obra, la escritora habla sobre las citas después de los 50, las aplicaciones para ligar y el cubbing. Procedente del término ‘cub’, cachorro en inglés, Bushnell sostiene que cada vez hay más hombres jóvenes que se sienten sexualmente atraídos por mujeres mayores.
Quizá el término no hubiera superado la barrera del libro si Instagram no hubiese censurado un vídeo promocional subido por la propia autora y en el que aparecían dos hombre hablando sobre las relaciones con mujeres maduras. La red social lo consideró contenido sensible, Bushnell se quejó y la publicidad ya estaba en marcha.
¿Por qué es criticado el cubbing?
El deseo debería ser libre, no obstante, cuando se sale de lo que consideramos normativo suele despertar recelos, críticas, burlas o rechazo. La cultura imperante ha mostrado tradicionalmente a hombres ya talluditos seduciendo a hermosas jovencitas. Sin ir más lejos, a nadie pareció extrañarle que James Stewart se ligara a una Grace Kelly 21 años menor que él en ‘La ventana indiscreta’, que Bill Murray encandilara a una Scarlett Johansson de la que le separaban 24 años, o que en ‘La trampa’ Sean Connery le sacara a Catherine Zeta Jones nada menos que 39 años. En estos casos, el hombre mayor se presenta como un atractivo y experimentado señor, pero ¿es sexualmente deseable una mujer de más de cincuenta años?
Vamos a ejemplificar el pensamiento imperante con una viñeta publicada hace unos años en la revista satírica Charlie Hebdo. En ella, Macron apoya su mano sobre la prominente barriga de embarazada de su mujer mientras se lee ‘¡Va a hacer milagros!’. Ese es el tema, la incapacidad para tener hijos a una determinada edad marca el comienzo de la invisibilidad femenina. Total, si no puedes preñarla, ¿para qué sirve?
En una sociedad que se cree tolerante y enarbola la diversidad como bandera, proliferan los bares y locales de ambiente cubbing. Si te tienes que esconder, algo va mal.
¿El cubbing es popular en la actualidad?
Cada vez hay más personas que se desprenden de los prejuicios y se dejan llevar por sus gustos y deseos, por eso, ver a una mujer con una pareja más joven es cada vez más frecuente. Sin embargo, no es lo habitual. Según un estudio publicado por Pew Research en 2019, en las relaciones heterosexuales los hombres tienen una media de cuatro años más que sus parejas. Que la mujer sea la mayor en la relación no es lo más común en ninguno de los 130 países analizados.
