Y el hentai desató la polémica

Y el hentai desató la polémica
Sara Martínez 19/10/2021

“Para mí”, decía Berlanga, “no hay más cine erótico válido, más honesto, que el cine ereccional, el llamado porno duro, ese trasiego de sexos robustos y capaces, esas contorsiones sin apenas argumento”. El porno existía antes del cine y, por supuesto, fue uno de los primeros géneros en cultivarse en cuanto alguien cogió una cámara. Berlanga lo explica perfectamente: si el objetivo es excitar, no hay necesidad de apelar a la razón. El caso es que el imaginario erótico no tiene por qué ser universal, cada sociedad construye el suyo. De ahí que hoy, cuando se puede acceder con un simple clic a porno de cualquier clase y temática, aún escandalice, por ejemplo, la imagen de una mujer disfrutando mientras un pulpo succiona con fruición sus partes íntimas.

En 2006, cuando los padres aceptaban sin remilgos que sus hijos se encerraran en el baño con la Interviú (por los reportajes de investigación) y nadie ponía el grito en el cielo por la sucesión de comedias románticas de instituto para todos los públicos que apelaban sin sonrojo a la cultura de la violación, una opinión cualquiera en un blog y una asociación de telespectadores consiguieron que toda España supiera qué demonios era eso del ‘hentai’. Y es que esa cadena nueva, La Sexta, había decidido por las bravas incluir en su programación unos dibujos animados que no eran precisamente infantiles. Eso sí, ‘Daiajuji (El mercenario del sexo)’, que así se llamaba la serie manga, se emitía a las dos de la mañana, una hora a la que cualquier menor de edad tutelado debería estar durmiendo.

¿Y a qué venía el revuelo?

Vayamos por partes. Por resumir brevemente, ni manga (tebeos e historietas) ni anime (series o películas de animación) son sinónimos de porno. Se clasifican según el segmento de población al que se dirigen. Para entendernos, ‘Sailor Moon’, ‘Oliver y Benji’, ‘Doraemon’ o ‘Mazinger Z’ no tienen nada de erótico. Es dentro del cómic para adultos o ‘seinen’ donde se ubica el ‘hentai’, es decir, manga o anime de contenido pornográfico. Y, por supuesto, dentro del ‘hentai’ existen diferentes categorías: ‘yaoi’ (con relaciones homosexuales entre hombres), ‘yuri’ (con relaciones sexuales lésbicas), ‘futanari’ (con personajes hermafroditas o transexuales), ‘netorare’ (su temática fundamental son las infidelidades entre los personajes)… Los subgéneros dentro del ‘hentai’ son muy numerosos, no obstante, la apariencia aniñada de los protagonistas, el incesto, la violación y el sexo con animales como pulpos y arañas son características que se repiten.

No está de más mencionar que el contenido para adultos está censurado en Japón desde 1907, es decir, ni el porno real ni las animaciones pueden mostrar genitales. Sin embargo, no hace falta ser Freud para ver la relación entre los tentáculos y el pene. Los dibujos animados permiten sortear la censura y ahondar en las fantasías eróticas experimentando con situaciones impensables con personajes de carne y hueso.

Las críticas se centran en el aspecto infantil de los personajes que, dicen, incitan a los abusos y a la violación, pudiéndose considerar, para algunos, pornografía infantil. Hay que dejar claro que estos contenidos siempre incluyen diálogos en los que se deja clara la mayoría de edad de los protagonistas, aunque tampoco se puede eludir que la imagen evoca a chicas, a veces, demasiado jóvenes.

Fantasías vs. realidad

El debate no es nuevo ni lo vamos a resolver nosotros, se origina en torno a prácticamente cualquier contenido. ¿Si te gusta ‘Mortal Kombat’ puede que un día cojas una katana y degüelles al imbécil que no te dio los buenos días?, ¿si fantaseas con una situación violenta, significa que quieres vivirla o que la vas a perpetrar? Porque en tal caso hay un increíble número de potenciales psicópatas.

Los ‘hentai’ emitidos por La Sexta cosecharon una de las mejores cifras de audiencia de la cadena, nada menos que cerca de 300.000 espectadores con un 8.5% de share. Pero eso no es todo, revisando las estadísticas que cada año ofrece Pornhub (una de las plataformas de vídeos pornográficos más visitadas del mundo), descubrimos que ‘hentai’ es una de las categorías más buscadas, tanto que en algunos sitios alcanza los números de etiquetas como ‘lesbianas’, ‘anal’, o ‘MILF’. Juzgar las fantasías es terreno peligroso.

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