Lo que la vulva esconde: 15 cosas que deberías saber sobre tus genitales externos

Lo que la vulva esconde: 15 cosas que deberías saber sobre tus genitales externos
Sara Martínez 29/3/2022

Con frecuencia se utiliza la palabra vagina para hablar de vulva y no, no son lo mismo. La vagina es el conducto o tubo muscular interno que une la vulva con el cuello del útero. La vulva, en cambio, es la parte externa de los genitales femeninos y comprende el monte de Venus, el capuchón y el glande del clítoris, la abertura vaginal, la abertura uretral y los labios vaginales mayores y menores.

Llamada ‘pesetilla’, ‘chochete, ‘chumino’ o lo de ‘ahí abajo’, la mayor parte de las mujeres siente vergüenza al hablar de su vulva y no sabría dibujarla correctamente.

El monte de Venus es el tejido adiposo en forma de triángulo invertido que se encuentra sobre el hueso púbico. Cubierto de piel y vello se llama así en honor de la diosa romana del amor, la belleza y la fertilidad.

Los labios mayores son los pliegues que protegen al resto de órganos genitales femeninos. Nacen en el pubis, llegan hasta el perineo, son muy sensibles al tacto y se hinchan cuando nos excitamos.

Los labios menores nacen en la parte superior de la vulva y rodean la abertura uretral y la abertura vaginal. Están llenos de terminaciones nerviosas, su estimulación reporta muchísimo placer, y cambian de color y tamaño durante la excitación. Los hay más grandes y más pequeños y no pasa absolutamente nada, ni estética ni funcionalmente, si su extensión supera la de los labios mayores.

No hay una vulva perfecta. El porno y la moda han creado complejos absurdos que no existían y son muchas las mujeres que se someten a operaciones con nombres tales como labioplastia (normalmente para reducir el tamaño de los labios menores) o liposucción del monte de Venus.

El glande del clítoris es la parte externa del órgano, lo que vemos. No tiene más función que la de proporcionar placer y su estimulación es la que permite a la mayor parte de las mujeres llegar al orgasmo.

La abertura de la uretra es el orificio por el que se expulsa la orina.

La abertura vaginal también se llama introito vaginal y a cada lado tiene ubicadas las glándulas de Bartolino, encargadas de segregar el líquido que lubrica la vagina para facilitar la penetración.

Una vulva limpia no huele mal. Ducharse diariamente y lavarse los genitales externos (nunca la vagina) con agua y un jabón que no altere el pH vaginal. No son necesarios (ni recomendables) los desodorantes, las toallitas, ni demás productos destinados a que la vulva huela a rosas, a menta o a pachuli, porque ese no es su olor natural.

Culturalmente la vulva se ha tratado como un pene invertido, una ausencia e incluso como algo que tienes ahí por una deformación de la naturaleza. Así explicó el anatomista Prospero Bergarucci la apariencia de la vulva: “A sabiendas de la inconstancia y soberbia de la mujer, y para contrarrestar así su permanente anhelo de dominio, la naturaleza le dejó las partes sexuales en su interior para que, cada vez que esta piense en su presunta carencia, deba volverse más pacífica, más obediente y finalmente más pudorosa que cualquier otra criatura en el mundo”.

Durante un proceso por brujería en 1593, el tipo encargado del examen vio el clítoris de la mujer y pensó que era una marca del diablo. Cabe señalar que, aunque el hombre estaba casado, no había visto nunca algo parecido.

En la cultura hindú, el ‘yoni’ o vulva es alabado como un lugar sagrado y puerta de entrada a los misterios cósmicos.

Las Sheela na Gigs son figuras de mujeres abriéndose con las manos sus vulvas exageradamente grandes. Se encuentran especialmente en iglesias y castillos de Irlanda y Gran Bretaña y se supone que su presencia aleja a los malos espíritus.

La mutilación genital femenina consiste en la extirpación parcial o total de los genitales externos femeninos por creencias culturales o religiosas y aún se practica en muchas parte de África, Asia, Oriente Medio, y en algunas comunidades de Europa del Este y América del Sur.

Imagen: El nacimiento de Venus, Sandro Botticelli, 1482-1485

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