Los caminos del placer son inescrutables, pero algunos son menos misteriosos que otros. Y el sexo anal, denostado durante siglos, es ahora una de las vías más transitadas y celebradas. Si estás aquí no hace falta que te expliquemos que el ano está repleto de terminaciones nerviosas, que es una de las zonas erógenas por excelencia y que su estimulación reporta increíbles orgasmos. Sin género ni orientación, hay muchas maneras de disfrutar del sexo anal y aquí te dejamos algunas ideas para que te adentres en un mundo lleno de posibilidades. Eso sí, hazte primero con un buen lubricante anal y masajea la zona para relajar y dilatar la musculatura (el uso de un pequeño plug anal antes de introducir elementos de más envergadura también ayuda).
El misionero al revés
La postura más tradicional es también una de las más sencillas para iniciarse en el sexo anal. ¿Cómo se hace? Pues como siempre, pero en este caso la persona que va a ser penetrada analmente se tumba boca abajo con las piernas abiertas mientras su pareja se coloca justo encima. ¿Un truquito? Colocad unos cojines o almohadas debajo de las caderas para que la pelvis quede más elevada y la penetración será más sencilla.
La amazona
Esta postura tiene muchos nombres: la amazona, la vaquera, la cabalgata… pero en todo caso se basa en darle la libertad de movimiento, ritmo e intensidad a la persona penetrada, que podrá controlar, también, la profundidad de la penetración. El que va a penetrar se tumba boca arriba mientras su pareja se coloca a horcajadas encima, de frente o de espaldas. Esta postura permite, además, estimular otras partes del cuerpo de la persona que está encima, como los pechos, el clítoris o el pene. Si buscáis un mayor contacto, la persona que penetra puede estar sentada en lugar de tumbada.
El perrito
La postura del perrito (de rodillas o a cuatro patas) predilecta de muchas parejas para la penetración vaginal, deja la zona anal tan expuesta que resulta perfecta también para esta práctica. Es una de las posiciones más sencillas y facilita una penetración profunda, por lo que puede ser molesta al principio. No olvides el lubricante.
También podéis optar por hacerlo de pie, ambos tendrías los pies en el suelo pero uno inclinará su cuerpo hacia delante apoyando las manos sobre una superficie sólida (cama, sofá, encima… vosotros elegís).
La inmersión o piernas sobre hombros
Así estará exactamente la persona penetrada, tumbada boca arriba con las piernas flexionadas y apoyadas sobre los hombros de la pareja mientras la penetra. Esta postura es perfecta para los experimentados que buscan una gran profundidad en la penetración. También podéis colocar un cojín o almohadón debajo de las caderas para elevar la pelvis.
La cucharita
Para un sexo anal más delicado y suave, esta es la postura ideal. La persona penetrada se recuesta de lado mientras su pareja la penetra por detrás. Especialmente placentera para las mujeres, esta posición permite que la pareja estimule manualmente los pechos y el clítoris. ¿Un consejo? Utilizad un juguete, te aconsejamos un vibrador o conejito rampante para un orgasmo triunfante.
Consejos para un sexo anal sin dolor
- Estimula el resto de zonas erógenas previamente para alcanzar un nivel de excitación muy alto.
- No queremos ponernos pesados pero el sexo anal requiere siempre de un buen lubricante. El ano, a diferencia de la vagina, no lubrica de forma natural. Escoger la loción apropiada es el primero de tus deberes. Pjur tiene una amplia gama, tanto de agua como de silicona, ideal para las prácticas más suaves y también para las más extremas.
- Aplica el lubricante con las yemas de los dedos y dibujando círculos, contribuirás así a la relajación y a la dilatación de la zona.
- Empieza con uno o dos dedos para ir abriendo camino.
- Apuesta por un plug anal para dilatar la musculatura. Estos juguetes están pensados para dar placer, pero también para preparar tu cuerpo ante aventuras mayores.
- Sin prisa, por favor. Una inserción brusca puede causar molestias.
- Para evitar infecciones extrema la higiene y nunca pases de la penetración anal a la vaginal sin lavarte o cambiarte el preservativo antes.
- No lo olvides, el consenso es clave, siempre. Si la otra persona quiere parar, para.
