Mitos sobre el orgasmo femenino

Mitos sobre el orgasmo femenino
EroticFeel 29/9/2022

En el siglo XVI, el anatomista Vesalio describió el clítoris como “una parte nueva e inútil”. Entre 1930 y 1931, Marie Bonaparte se sometió a varias operaciones quirúrgicas para mover su clítoris y ubicarlo más cerca de la entrada de la vagina. La sobrina bisnieta de Napoleón, inteligente y con gran curiosidad intelectual, también era seguidora de las teorías de Freud y, quizá por eso, creía padecer frigidez parcial. La muchacha solo lograba el orgasmo a través de la estimulación del clítoris y nunca mediante la penetración. Aquello, claro, sugería que algo no andaba bien. Cosas que pasan cuando los que deberían contar la verdad se inventan mamarrachadas. Un legado de oscurantismo que aún persigue al orgasmo femenino. Histéricas del mundo, uníos, porque vamos a repasar algunas de las mentiras que nos han colado.

Solo consiguen el orgasmo a través de la penetración

El clítoris aparece y desparece a lo largo de la historia porque el placer femenino importaba más bien poco. La penetración era necesaria para la concepción y aquel botón minúsculo no parecía jugar el más mínimo papel en aquello. Tal y como explica la profesora Kate Lister en su libro ‘Una curiosa historia del sexo’, en el siglo XIX hubo médicos que defendieron las cliterectomías (cortar por lo sano, vamos) para tratar enfermedades como la ceguera o el dolor de espalda.

Hasta el siglo XX, un clítoris grande era considerado “responsable del lesbianismo y del apetito sexual anormal en las mujeres”. Y para Freud, el orgasmo clitoriano era inmaduro. La mujer casada debía sentir placer solo con la penetración vaginal, de lo contrario, podía verse arrastrada a la locura. "En este cambio de la zona erótica [...] residen las principales condiciones de la proclividad de la mujer a las neurosis, en particular a la histeria". Cuántas chorradas aguantadas y cuántas memeces pronunciadas por ilustres bocas.

Hoy (mejor tarde que nunca) se sabe que, aunque el orgasmo ocurre en el cerebro, la estimulación de los nervios del clítoris es el camino más probable para alcanzarlo. Y no es magia, se debe a que es el clítoris y no la vagina el órgano más sensible de la anatomía femenina. Con más de 8.000 terminaciones nerviosas, el doble de las que tiene el glande del pene, no es de extrañar que todos los estudios (como este realizado en 2017) ratifiquen que más del 80% de las mujeres necesiten de su estimulación directa para llegar al clímax.

La creencia de que la penetración es el centro de la vida sexual y la práctica a través de la que ambos miembros de la pareja deber llegar al orgasmo (y si puede ser a la vez, mejor) no solo es falsa, también genera frustración y es la raíz de otras ideas incorrectas como pensar que ellas tienen más dificultad para llegar al orgasmo.

Si no llegas al orgasmo, tienes algún problema

No todos los encuentros sexuales acaban en orgasmo y no pasa nada o, mejor dicho, no tiene por qué pasar nada. Llegar o no al orgasmo depende de muchísimos factores, tanto físicos como psicológicos. Si te encuentras mal, estás preocupada, experimentas dolor durante la penetración o sientes presión por llegar, la cosa se complica. Pero también intervienen factores como el momento del ciclo menstrual o la toma de medicamentos. ¿Se puede disfrutar del camino sin alcanzar el clímax? Por supuesto. Aunque no dudes en consultar con un sexólogo cualquier cosa que sea para ti un problema. Los profesionales están para ayudarte.

La masturbación hará que sea más difícil llegar al orgasmo en el sexo

Habíamos escuchado bobadas, pero esta se lleva la palma. Decir que la masturbación en solitario complicará tus orgasmos en pareja tiene la misma veracidad que asegurar que cuando tienes la regla se te corta la mayonesa. Resulta que masturbarse mejora el bienestar sexual en todas sus variantes. Conocer tu cuerpo, saber qué te excita y cuáles son tus caricias favoritas es fundamental para tener relaciones en compañía en las que sepas comunicar qué es lo que gusta sin esperar que la otra persona lo adivine. La masturbación, además, igual que el sexo frecuente, potencia el deseo y aumenta la libido. Como ves, todo bueno, bonito y barato.

A partir de la menopausia los orgasmos desaparecen

Ni el deseo ni la capacidad para experimentar placer disminuyen con el paso de los años. La llegada de la menopausia produce ciertos cambios en el cuerpo de la mujer, pero ninguno que le impida alcanzar el orgasmo. Esta creencia está ligada a la concepción que tenemos de la sexualidad como instinto reproductivo y a la tiranía de la belleza como algo ligado a la juventud. La vida sexual con la menopausia, libre de anticonceptivos y posibilidades de embarazo, puede ser fantástica. Y recordemos además, volviendo al punto anterior, que el sexo es mucho más que la penetración.

Hay diferentes tipos de orgasmos femeninos

Casi de golpe, el orgasmo femenino ha pasado de ser absolutamente ignorado a ocupar todo tipo de titulares. No hace tanto que disfrutar durante el sexo te convertía prácticamente en una puta. Ahora, en cambio, incitan a probar los mil doscientos tipos de orgasmos femeninos. ¡Y que no te falte uno! Menuda presión, majas. Pues resulta que, vaya por dios, esto también es mentira. Solo hay un tipo de orgasmo que sí, puede ser más o menos intenso, duradero o agudo y puede alcanzarse de diferentes maneras, pero solo es uno. El orgasmo ocurre en el cerebro, y es el mismo tipo el que tienes con el Satisyfer, el que tienes durante un cunnilingus y el que te sobrevino una vez soñando. Tú prueba, experimenta, déjate llevar, pero sin agobios. Que nadie venga a decirte lo que puede o no hacer tu cuerpo.

Imagen de portada: Sigmund Freud.

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