Mitos sobre el sexo oral

Mitos sobre el sexo oral
Sara Martínez 10/3/2022

Aunque durante años los hombres de medio mundo temieran que su partenaire les robara el semen tras una felación gracias a la mamarrachada que contó Boris Becker para intentar librarse de una paternidad que le correspondía, el sexo oral es el más versátil y exquisito de los platos que forman parte del buffet erótico. Y no es nada nuevo ni inventado por la generación Z, desde las escenas de cunnilingus inmortalizadas en los frescos que se conservan en Pompeya hasta el furor que trajo consigo el estreno el siglo pasado de ‘Garganta profunda’, esta práctica ha levantado pasiones y cultivado mitos a su alrededor. Así que para ir dejando las cosas claras lo primero es que no, de ninguna manera se puede producir un embarazo por practicar sexo oral, ya puedes tragarte el semen, dejarlo correr por tu pecho o hacer gárgaras con él, ningún vástago saldrá de ahí. Además, y a pesar de lo que Bill Clinton entienda por sexo, lo que él tuvo con Mónica Lewinsky sí lo fue.

Fantástico, enormemente placentero y estupendo para alcanzar el orgasmo, todavía hay quien considera el sexo oral algo antihigiénico, no tiene claro si practicándolo se puede contraer una ETS, o sigue creyendo que solo es válido como preámbulo antes de la penetración. Coge aire, lee el artículo de un tirón y ponte a ello. Se requiere un gran hábito para alcanzar la excelencia.

No es necesario utilizar preservativo

¿Quién lo dijo? Desde luego, nadie que tuviera la más mínima idea. Siempre que se trate de una relación casual o esporádica y sea cuál sea la práctica sexual que llevéis a cabo (sexo oral, anal, penetración vaginal) hay que usar preservativo. A no ser que ambos miembros de la pareja se hayan sometido a un estudio médico para descartar ETS, los preservativos son el único método que nos asegurará despertarnos a la mañana siguiendo con una sonrisa y sin picores (o algo peor).

No se pueden contraer ETS con el sexo oral

Lamentablemente, el único acto sexual con riesgo cero es el que no se practica. Y como la abstinencia no va con nosotros, el uso de un condón o, en el caso de un cunnilingus, de una barrera de látex, nos parece un precio mínimo por un placer inmenso y seguro. Mucha gente, especialmente los más jóvenes, creen que a través de la boca no se pueden contagiar o contraer infecciones o enfermedades de transmisión sexual, pero no es cierto. Gonorrea, herpes, sífilis, virus del papiloma humano, VIH… son muchas las sorpresas que te puedes llevar, y nada divertidas. Además, y según informa el centro de información del VIH de la Universidad de California, el peligro aumenta si se tienen cortes o heridas en la boca y también si hay presencia de sangre menstrual.

Hay que aclarar, no obstante, que el riesgo de transmisión del VIH a través del sexo oral es mucho menor que con el sexo anal o vaginal, a menos que traguemos el semen. Y esto nos lleva a otro mito, el que dice que no es conveniente cepillarse los dientes antes de practicar sexo oral para no provocar la aparición de pequeñas heridas en las encías. Para empezar, la higiene bucal es imprescindible siempre, pero además, una herida diminuta en la encía no proporcionaría suficiente acceso al torrente sanguíneo como para representar una amenaza. Así que a no ser que te laves los dientes con un estropajo de alambre, no dejes de hacerlo. Evita, no obstante, practicar sexo oral si tienes sangrados o abrasiones en la boca.

Es necesario depilarse antes de recibir sexo oral

Depilarse o recortarse el vello púbico es una decisión estrictamente personal. No es obligatorio, necesario ni implica una mayor higiene. Lavarse con agua y jabón es suficiente para evitar cualquier suciedad u olor.

Es una práctica antihigiénica

Te puede gustar o no gustar, pero unos genitales limpios ni huelen ni saben mal. A menos que tu pareja sea poco amiga de darse una ducha (esperamos de verdad que no sea el caso), el sexo oral no es ni más ni menos higiénico que cualquier otra práctica. La idea de que una felación o un cunnilingus son algo sucio suele estar relacionada con prejuicios que ligan los genitales a algo que hay que esconder u ocultar. ¿Qué te decían a ti ante un plato de algo que no querías llevarte a la boca? Al menos pruébalo, anda, solo un bocado.

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