Mitos sobre la sexualidad femenina

Mitos sobre la sexualidad femenina
Sara Martínez 10/2/2022

En 1981, la actriz Lola Herrera y su exmarido, el también actor Daniel Dicenta, protagonizaron ‘Función de noche’, una película a medio camino entre el documental y la ficción en el que analizan su relación y se enfrentan a la cámara sin tapujos. En un momento dado ella destapa el frasco y en un diálogo absolutamente real confiesa que nunca tuvo un orgasmo con él, que los fingió todos. Hasta los más progres se escandalizaron. “Si no tenías un orgasmo, eras una frígida. La culpa no era del hombre: era imposible que no fuese bueno en la cama. La culpa era de la mujer”, le explica ella al periodista Manuel Jabois en una entrevista reciente en El País. “Únicamente sabiendo la verdad se pueden cambiar las cosas”, dice. Así que aquí estamos, para hablar de los muchos mitos y tabúes que aún rodean a la sexualidad femenina: la virginidad, el sexo durante la regla o en la menopausia, el supuesto menor deseo sexual. Verdades falsas inculcadas desde la infancia y que condicionan la sexualidad en la vida adulta.

El himen permanece intacto hasta la primera penetración

En primer lugar, y tal y como explica la sexóloga Laura Morán, el himen no es esa “telita” que nos han contado, sino “un pliegue de la mucosa vaginal” que protege la vagina. Cuando se empieza a menstruar, el cuerpo varía de método protector y cambia la barrera física por una química. Es decir, a partir de la primera regla el himen se va deteriorando de forma natural, va perdiendo grosor, y lo que protege la vagina, a partir de este momento, es su pH y la flora vaginal. En muchos casos, cuando la mujer experimenta su primer coito, el himen ya está parcialmente roto.

Así que no, el himen no permanece intacto hasta la primera penetración, puede romperse antes o no romperse con el primer coito. “El himen es elástico”, explican las doctoras noruegas Nina Brochmann y Ellen Stokken Dahl en su ensayo ‘El libro de la Vagina’, “tiene forma de media luna o de aro y puede expandirse hasta dejar entrar el pene o un tampón sin sufrir ningún daño. En otras palabras, la primera vez que hay sexo no tiene por qué haber dolor o sangrado y muchas mujeres mantienen su himen intacto después de su primera experiencia sexual”. Como veis, las cosas no son como nos las habían contado.

Las mujeres se masturban menos que los hombres

Es esta afirmación la que se extrae de todos los estudios y encuestas realizadas sobre el tema. Las mujeres se masturban cada vez más, pero aún menos que los hombres. No obstante, ¿es verdad que lo hacen menos o les da vergüenza reconocerlo? Y en caso de que sea cierto, si todos, hombres y mujeres, somos seres sexuados desde que nacemos hasta que morimos, ¿por qué ellas optan menos por la autoestimulación erótica?, ¿por educación, prejuicios, miedos, ideas religiosas? Algunas personas aún piensan que la masturbación en solitario puede dañar el ego de la pareja, por no mencionar que hasta que los juguetes sexuales no entraron a formar parte de las conversaciones cotidianas, la masturbación femenina, a diferencia de la masculina, estaba completamente silenciada.

No se puede tener sexo con la regla

¿Quién lo dice? Con la regla se puede hacer absolutamente de todo, correr, bailar, hacer mayonesa, ducharte (importantísimo) y, por supuesto, tener relaciones sexuales. Una regla dolorosa o no encontrarse demasiado bien pueden quitarte las ganas de un revolcón, es verdad, pero recuerda que el orgasmo tiene efecto analgésico y te ayudará a sentirte mejor. Además, muchas mujeres aseguran que el sexo durante la menstruación es mucho más placentero gracias a la mayor sensibilidad de la vagina. ¿Te preocupan las manchas? Coloca una toalla debajo, y listo.

Las mujeres solo disfrutan a través de la penetración

Que asimilemos que una relación sexual completa incluye penetración y que todo lo demás (caricias, estimulación oral o manual, uso de juguetes eróticos…) son preliminares tiene un nombre: coitocentrismo. Pero ¿es cierto que las mujeres solo disfrutan con la penetración? Ni mucho menos, de hecho, la inmensa mayoría necesita la estimulación del clítoris para alcanzar el orgasmo. Como ya te hemos contado otras veces, el clítoris concentra 8.000 terminaciones nerviosas, el doble de las que tiene el glande del pene, y es un órgano que solo existe para dar placer. Sin olvidarnos, por supuesto, de otras zonas erógenas tan importantes como los pezones o el perineo.

El placer sexual disminuye a partir de la menopausia

Ni el deseo ni la capacidad para experimentar placer disminuyen con el paso de los años. La llegada de la menopausia produce ciertos cambios en el cuerpo de la mujer, pero ninguno que le impida alcanzar el orgasmo. Esta creencia está ligada a la concepción que tenemos de la sexualidad como instinto reproductivo y a la tiranía de la belleza como algo ligado a la juventud. La vida sexual con la menopausia, libre de anticonceptivos y posibilidades de embarazo, puede ser fantástica. Y recordemos además, volviendo al punto anterior, que el sexo es mucho más que la penetración.

Las mujeres tienen menos deseo sexual

Una vez más, esta creencia se ha extendido basándose en la educación. No es decoroso que una mujer manifieste su apetito sexual, por tanto, no lo tiene (o tiene menos). Las circunstancias personales, el trabajo, el estado físico y emocional… el deseo depende de muchos factores, factores que sí, también afectan al deseo masculino. Los estudios que se han realizado sobre el tema concluyen que la mujer responde a la presencia de un estímulo erótico con la misma velocidad de un hombre.

Por otra parte, el orgasmo funciona en las mujeres como gancho para querer reincidir. Así que no solo hay que mimar el deseo, buscarlo, también te tienen que esperar relaciones sexuales satisfactorias para querer tenerlas. Si tienes que fingir los orgasmos, puede que el deseo no te desborde.

SYSTEM_GEOWEB_TITLE

Detectamos que navegas desde una ubicación diferente a la que corresponde a esta web. Por favor, confírmanos que sitio quieres visitar