Orgasmos sinestésicos: ¿qué son y cómo se sienten?

Orgasmos sinestésicos: ¿qué son y cómo se sienten?
EroticFeel 13/9/2022

Si la Novena sinfonía de Beethoven te huele a tortilla de patata, la voz de tu jefe es verde pistacho o el rojo carmesí te suena a fa sostenido, quizá seas una persona sinestésica. Es, ni más ni menos, que la ausencia de fronteras entre los sentidos. Una peculiaridad de las conexiones neurológicas que provoca que uno de los cinco sentidos que tenemos interprete las sensaciones capturadas por otro. ¿Y si al alcanzar el orgasmo percibes claramente colores, sonidos, sabores u olores? En este caso puedes estar experimentando orgasmos sinestésicos, fenómeno que, según la marca de juguetería de lujo LELO, experimenta un 2% de la población.

Si Kandinsky plasmaba sobre el lienzo los colores que le sugerían las notas musicales y Rimbaud veía cada vocal de un color, tal vez tú visualices claramente una luz verde fosforita durante el clímax o escuches a Camilo Sesto. No hay una sola manera de percibir el mundo como no hay dos orgasmos iguales. En la variedad está el gusto. Y el sexo.

¿Qué es un orgasmo sinestésico?

Hablamos de orgasmo sinestésico cuando, durante el clímax, se experimentan respuestas sensitivas que, aparentemente, no guardan relación con el hecho en sí. Algunas personas aseguran percibir colores, olores e incluso sabores. En cualquier caso hay que aclarar que:

  • No es una meta a alcanzar, ya que no puedes reprogramar tus conexiones neuronales.
  • Es una singularidad que no implica que los orgasmos sean mejores ni peores. De hecho, algunos expertos sostienen que las personas que los viven pueden sentirse incomprendidas.
  • No es un orgasmo sinestésico si se trata de una sensación puntual. La gente que los experimenta lo hace de manera habitual.

¿Cómo diferenciar un orgasmo sinestésico de uno común?

Como hemos dicho, no hay dos orgasmos iguales y, si no nos crees, haz una pequeña encuesta entre tus amigos y pídeles que describan sus sensaciones. Un día puedes sentir un estallido de placer que te recorre desde la coronilla hasta el dedo gordo del pie y otro, el estallido puede convertirse en un oleaje más sosegado.

En cualquier caso, no es necesario un manual para saber si lo que estás experimentando es un orgasmo sinestésico o no lo es. Si, al llegar al clímax, tus sensaciones habituales no tienen nada que ver con la vista, el gusto, el oído o el olfato, no tienes orgasmos sinestésicos.

La importancia del color y el sabor

Lo que no debemos olvidar, tengamos o no orgasmos sinestésicos, es la importancia de estimular otros sentidos y no solo el tacto durante los encuentros sexuales. No descubrimos América si recordamos el papel que puede jugar en la excitación la música adecuada, una determinada lencería erótica o lamer nata y sirope de chocolate del cuerpo ajeno. Intentar satisfacer cada uno de los sentidos, y acertar, puede intensificar el placer o mandarlo al carajo. Que sabemos que en cuestiones de gusto no hay nada escrito, pero quizá escuchar El Koala de fondo mientras te encuentras con una ropa interior que se debería haber jubilado hace lustros y con una piel que sabe a las lentejas de tu madre, no es lo más erótico.

¿Nuestro consejo? Relájate, mima cada uno de los cinco sentidos, que para eso están, y crea el contexto erótico adecuado. Erotízate y erotiza. Los colores, los olores y los sabores producen sensaciones. Si te gusta la lencería negra, las velas con olor a chocolate y el lubricante con sabor a fresa, apuesta por eso, porque esos elementos complacerán tus sentidos. Lo importante es tener orgasmos, sean del tipo que sean y vengan de donde vengan. Intensos, diversos y, por supuesto, numerosos.

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