Por el hermano de mi amiga, al que su padre le dijo que ya solo tenía una hija cuando se atrevió a confesar que era gay. Por la chica que ha escuchado mil veces: ¡pues no tienes pinta de lesbiana, eh! Por el futbolista Jürgen Klinsmann, al que Jesús Gil no fichó por “maricón” defendiendo que “a ese” no lo metía él en el vestuario. Por Jordi Petit, el primer hombre gay que apareció en la televisión pública española hablando de homosexualidad tras la derogación de la Ley de Peligrosidad Social. Por Lorca, asesinado en su Granada por rojo y por maricón en agosto del 36. Por Samuel Luiz, al que mataron a golpes en menos de un minuto al grito de maricón en julio de 2021. Por Marsha P. Johnson y Sylvia Rivera, mujeres trans racializadas que se pusieron al frente de las revueltas de Stonewall para defender los derechos de un movimiento que las olvidó más tarde. Por todas las que ya no saben qué responder a la pregunta de cómo lo hacen en la cama (sin un pene, claro).
Porque aún quedan señores que aseguran delante de millones de personas en programas de máxima audiencia que "un hombre de verdad es un hombre que no es gay". Por las mujeres que fueron ‘amigas’ durante una vida entera. Por los que se van de su pueblo para ser libres. Porque aún quedan seis países que castigan la homosexualidad con la pena de muerte y en más de 30 se condena con cárcel e incluso cadena perpetua. Porque hace solo unos meses 200 tipos recorrieron Chueca entre gritos de “fuera maricas de nuestros barrios” y “fuera sidosos de Madrid”.
Por los que con 80 años aún están dentro del armario y por los que aprendieron que esconderse era la única manera de sobrevivir. Porque a la pregunta de si hay homosexuales en el fútbol, Antonio Cassano, delantero del Milán en la Eurocopa de 2012, respondió: “Yo espero que no”. Por Carles Ponsi, dibujante de 'El Jueves', al que amenazaron e insultaron a través de Instagram con mensajes como: “No vuelvas a hacer chistes maricón de mierda, das asco". Por la pareja de lesbianas agredida en Barcelona por besarse. Por las jóvenes lesbianas de Burundi, donde la homosexualidad es ilegal, que han inventado un código secreto de memes y símbolos para identificarse entre ellas. Por Harvey Milk. Por la Veneno. Por Alan Turing. Por Chavela Vargas. Por Laura Dern, que estuvo en la lista negra de Hollywood durante años por interpretar a una lesbiana en la serie de Ellen DeGeneres.
Por todos los que levantan la voz reclamando un día del ‘orgullo hetero’. Porque lo normal es el amor y el respeto. Porque no se trata de tolerar. Porque como escribió Carlos Barea en eldiaro.es “la disidencia no significa amoldarse, sino reclamar el derecho a la diferencia”. Por los derechos en peligro de perderse. Por joder. Por la fiesta. Por el coraje de ser como nos dé la gana. Por Orgullo. Por el Orgullo.
