Robots con la apariencia de tu ex ¿así será el sexo del futuro?

Robots con la apariencia de tu ex ¿así será el sexo del futuro?
Sara Martínez 19/5/2022

En 2018, el japonés Akihiko Kondo, de 35 años, contrajo matrimonio con Hatsune Miku, una famosísima cantante virtual nipona de 16 años, coletas y enormes ojos. La novia asistió a su enlace en forma de pequeña muñeca de peluche y, según contó el novio a los medios de comunicación, su mujer holograma lo despierta, enciende las luces de casa y le da las buenas noches. Una especia de ‘Alexa’ a la que este chaval juró amor eterno ganándose el enfado de su madre. A las suegras cualquiera les parece poco, oiga. Esta relación, que no habría imaginado ni el mismísimo Kubrick, no es algo tan novedoso en el país del sol naciente, donde casi dos de cada cuatro jóvenes de entre 18 y 30 años continúan siendo vírgenes y que, en cambio, en 2016 tuvo que cancelar el primer festival de porno en realidad virtual por afluencia masiva de público. Demasiada gente acudiendo a un mismo sitio para saciar su deseo sin contacto real. ¿Paradoja o el sexo del futuro?

En 2045 uno de cada diez adultos tendrá sexo de forma habitual con robots, pero no como el rumba que te aspira la casa, robots con aspecto humano y dotados de una inteligencia que ni la de Stephen Hawking. Así lo sostiene el informe Future of Sex elaborado por distintos especialistas en la materia. Podremos escoger su físico, regular aspectos como el grado de simpatía, timidez o apetito sexual, tener conversaciones, realizar prácticas sexuales de todo tipo e, incluso, recrear a ese ex que te dejó echo polvo (siniestro siniestro).

Si en las últimas dos décadas la manera de relacionarnos, de realizar trámites o de comprar ha cambiado por completo, el sexo tampoco ha sido ajeno a esta revolución tecnológica. No hace tanto que confesar en público que utilizabas juguetes sexuales era más valiente que pararte en un safari a echar una siesta. Ahora, en cambio, su uso está normalizado y recomendado por expertos. Lo que está por venir, sin embargo, parece más encaminado a sustituir que a complementar. En 2035, los juguetes sexuales para ser utilizados en escenarios de realidad virtual estarán presentes en la mayoría de las casas de los países desarrollados. La gente podrá representar todo tipo de fantasías en mundos fotorrealistas.

El científico Ian Pearson lleva sus predicciones un paso más allá y asegura que “en 2050 el contacto sexual entre una persona y un dispositivo electrónico o un robot ocurrirá con más frecuencia que entre dos personas… Las nuevas tecnologías llevarán la relación íntima con los robots a tal nivel que no diferirán del contacto interpersonal”.

Sexo en el metaverso

Quizá sea metaverso la palabra de 2022. Concebido como la nueva etapa de internet, el término fue acuñado por el escritor de ciencia ficción Neal Stephenson en su novela Snow Crash (1992). Básicamente, se trata de una realidad virtual en la que interactúas social y económicamente a través de tu avatar. ¿Significa eso que el que tendrá sexo será tu avatar y no tú? Por ahí van los tiros. Los juguetes equipados con las últimas tecnologías jugarán necesariamente un papel vital para poder hablar de sexo en el metaverso en lugar de decir que te quedas en casa con Pornhub y un rollo de papel higiénico.

Actualmente, el teledidonic, es decir, los juguetes con aplicaciones móviles que permiten su control a larga distancia son enormemente populares, permiten la conexión entre parejas que viven en distintos lugares, y también animar la vida sexual con juegos que suben la temperatura en lugares públicos. Pero ya existen en el mercado gadgets y juguetes más peculiares. Es el caso del Kissinger, un artilugio que se introduce en el teléfono y que incluye sensores de fuerza de alta precisión para besarse en la distancia, o de Henry, el robot sexual masculino al que le puedes personalizar el tamaño del pene y que también recita poemas.

Ojalá el sexo del futuro sea libre. Ojalá los juguetes sexuales enriquezcan y mejoren la vida sexual, para la que han sido concebidos. Y ojalá no olvidemos, como escribió Bertol Brecht, que la piel, de no rozarla con otra piel se va agrietando, y que los labios, de no rozarlos con otros labios, se van secando. Y luego, que cada uno haga lo que considere.

Foto de portada: Instagram

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