Bienaventurados los que no necesitan a nadie para procurarse sus propios orgasmos, porque ellos alcanzarán el reino de los cielos. Este podría ser el segundo punto del decálogo solosexual. ¿Y el primero? “Quererse tú mismo a quererte tú mucho y todo sale de verdad, de deporte”. Para entendernos, la masturbación (bendita sea), aunque proscrita hace no tanto por sucia, peligrosa y terrible pecado, es por fin reconocida como práctica beneficiosa y saludable. Pero una vez que te lanzas a la piscina y te deleitas en los placeres del onanismo puede que no quieras saber nada más del resto del mundo. “Entre la elección del sexo con otros y el sexo conmigo mismo, el sexo conmigo a menudo gana”, explica uno de los usuarios de BateWorld.com, una de las muchas páginas que existen sobre la solosexualidad.
Pero ¿qué es y qué implica exactamente la solosexualidad?, ¿es una tendencia, un colectivo, una orientación, o engloba a todos aquellos que han llevado el ‘hazlo tú mismo’ de Ikea hasta sus últimas consecuencias? Te lo contamos.
¿Qué es un solosexual?
Mark Twain sugirió una vez que el onanismo como placer es demasiado fugaz, como ocupación, demasiado agotadora, y como espectáculo, demasiado aburrido. No piensan lo mismo los solosexuales. Se trata de personas que prefieren o han decidido tener sexo exclusivamente consigo mismos. Y, aunque echando un ojo en internet, puede parecer que se trata de algo exclusivamente masculino, hay solosexuales de todas las identidades y orientaciones sexuales, la diferencia es que ellos se prodigan más en foros y redes llegando incluso a quedar telemáticamente o en persona para masturbarse en grupo (cada uno con la mano en lo suyo pero contemplando la ajena).
Los solosexuales han optado, en definitiva, por limitar o acotar sus prácticas sexuales a la masturbación autónoma y algunos de ellos han comenzado a organizarse como colectivo y ya cuentan con su propia bandera, el signo masculino con la flecha dentro del círculo. Esta tendencia recuerda al fenómeno japonés de ‘los hombres herbívoros o ‘soshoku danshi’, término japonés acuñado en 2006 y que alude jóvenes que no tienen ni buscan relaciones sexuales.
En 2015, y según datos publicados por el Instituto Nacional de Investigación sobre Población y Seguridad Social de Japón, el 42 % de los hombres y el 44 % de las mujeres de entre dieciocho y treinta y cuatro años era virgen. Al año siguiente, también en Japón, se vieron obligados a clausurar un festival de pornografía de realidad virtual por exceso de público.
¿Los solosexuales disfrutan del sexo al 100%?
La masturbación puede resultar increíblemente placentera y es, de hecho, un aprendizaje fundamental para conocernos y descubrir lo que nos gusta. Y aunque la autoestimulación es, para la mayoría, una práctica más dentro de un abanico más amplio, ateniéndonos a los comentarios vertidos por algunos solosexuales en los foros, no tiene nada que envidiar a un encuentro cuerpo a cuerpo. “El acto de masturbarme lleva implícito muchos otros como bailar frente al espejo, fumar, beber mi adorado Jack Daniels, ver porno o jugar con una serie de cosas o ideas que yo he recopilado durante toda la semana. Lo que ocurre es que llego a un estado trascendental en el que mi cuerpo se identifica con mi pene y mi cerebro es solo sexo (…) No tengo intención de compartir el sexo con otros y la intensidad que esto me produce es suficiente para poner mis prácticas en el puesto número uno de mis preferencias sexuales”, explica uno de ellos.
No obstante, militar sin fisuras en el equipo solosexual implica una serie de renuncias: a la intimidad, al contacto con otra piel, a la excitación de ver el deseo en los ojos del otro… El orgasmo llegará más rápido, sin duda, pero las posibilidades eróticas se restringen.
Las razones para declararse solosexual son muchas y muy variadas. Puede responder exclusivamente a una preferencia en plan Elvis Presley, que no se negaba a revolcarse con cualquiera pero sentía una debilidad especial por mirar y masturbarse, o deberse a otro tipo de causa (ansiedad social, fracasos sentimentales, déficit de apego, miedos…) En cualquier caso cabe señalar que hay prácticas y gustos más o menos comunes pero no existe lo ‘normal’ en el sexo. Siempre que no nos provoque malestar ni daño, a nosotros mismos o a terceros, practicar hace maestro, así que si la masturbación es tu fin supremo, disfruta, esta noche pillarás seguro.
¿Cómo tiene sexo un solosexual?
Una persona solosexual disfruta de la autoestimulación pero, dentro de esto, no hay restricciones. Puede excitarse mediante pornografía o gracias a sus propias fantasías, puede recrearse en las sensaciones o ir al grano porque sabe lo que le hace llegar al orgasmo rápidamente, puede utilizar las manos o cualquier tipo de juguete sexual. Las posibilidades para disfrutar a solas son, hoy, más amplias que nunca.
Con sus propias manos
¿Para qué sirven las manos si no es para tocarnos? Facilitan la vida, sí, pero también el placer. El propio término ‘masturbarse’ proviene del latín ‘manus turbare’ que vendría a significar más o menos turbarse o violentarse con la mano. Desde luego, utilizar las manos para explorar el propio cuerpo es la mejor manera de iniciarse en la masturbación. Una vez que ya lo tengas controlado y sepas de memoria dónde está todo puedes pasar al nivel premium.
Con juguetes sexuales
Aquí las opciones son infinitas, y si los juguetes sexuales alegran y dinamizan la vida sexual de cualquiera, si tu elección es dedicarte exclusivamente a la autoestimulación son imprescindibles. Vibradores, masturbadores, succionadores de clítoris, plugs anales, anillos vibradores, consoladores y mucho lubricante. Lo que te ahorres en cenas inviértelo en gozo. Como dijo Homero en la Ilíada: “Dame la masturbación o dame la muerte”.
