Hay muchas formas de ser infiel. Seguramente tiene razón Manuel Jabois y supone mayor traición escribirte cien veces al día con otra persona que un polvo rápido en el baño del bar de la esquina. Sin embargo, y según un sondeo elaborado por YouGov para el HuffPost en 2018, la inmensa mayoría pone la línea roja en la relación sexual. Más del 90% de los encuestados contesta que justo ahí se encuentra el engaño. El problema, como siempre, está en los matices, porque no es lo mismo lo que entiendo yo por relación sexual que lo que entiende Bill Clinton, por ejemplo. Para el presidente estadounidense el sexo oral no era sexo, o quizá lo era solo para el hacedor y no para el beneficiario, esto ya no lo sabemos. Sin ruborizarse sostuvo el tío que él “no entró en contacto con genitales, ano, ingle, senos, cara interna del muslo o nalgas”, y esto demostraba, obviamente, que “no tuvo intención de satisfacer o despertar el deseo sexual de nadie”. ¿Y si únicamente le hubiese tocado a Lewinsky la ingle mientras le pedía un café con hielo?, ¿eso hubiesen sido cuernos?
En cuanto al sexting, ya sabes, ese no tan nuevo concepto que incluye desde fotos íntimas a mensajes del tipo ‘me puse a pensar en ti y he tenido que parar porque si no voy a tener que salir de casa en barco’, ¿es o no infidelidad? Imagina que estáis en el sofá viendo capítulos de Friends por decimoquinta vez y te llega un wasap: ‘¿qué llevas puesto?’. Está claro que no es para ti así que tienes tres opciones. A: le gritas ¡el pijama, hijo de puta! B: piensas, bah, qué relación tan rara tiene con su madre. C: le preguntas a ver si ya ha tenido o no sexo con esa persona antes de considerar que te está engañando. Por si te sirven de algo las opiniones de otros, según el sondeo de YouGov, el 38% de los hombres y el 53% de las mujeres cree que el sexting sí es infidelidad, es decir, a un 62% de los hombres y a un 47% de las mujeres les trae al pairo que te mandes mensajes guarros con el vecino del quinto.
Los besos en la boca (lo único que no hacen las prostitutas según el documental Pretty Woman) son entendidos como una infidelidad por el 53% de los mujeres y el 38% de los hombres (sí, exactamente los mismos números que para el sexting). Suponemos que aquí también habrá matices, quizá no te provoque la misma sensación ver cómo se da un pico con un amigo a enterarte de que se han morreado durante diez minutos metiéndose la lengua hasta la campanilla. O quizá sí, quién sabe.
Los datos más interesantes, como siempre, están al final de la encuesta. Un 17% de las mujeres y un 7% de los hombres considera que masturbarse pensando en otra persona es un engaño. Un porcentaje algo más pequeño, 5% y 3% respectivamente, cree que ver porno también cuenta como poner los cuernos. Ya dijo Clint Eastwood en no recordamos qué película que las opiniones son como los culos, todos tenemos uno. Pero aviso a navegantes, es peligroso entrar en el terreno de las fantasías. ¿Si tiene un sueño erótico con otra persona te está engañando?, ¿y si se excita con una escena de una película que no sea porno o con el recuerdo de un encuentro del pasado? ¿Y si cree, como Pablo Motos, que acostarse con un ex solo una vez no cuenta? Que te pongan los cuernos no sé, pero oye, que no te tomen el pelo.
