Shunga Oriental Body Slide Gel para Masajes

Información

Si te hablamos de un masaje, ¿qué es lo primero que te viene a la mente? Pues olvídalo. Esto poco o nada tiene que ver con ir al fisioterapeuta a que te vuelva a colocar el hombro en su sitio y a que te deshaga la contractura que lleva días dándote dolor de cabeza. Esto va de otra cosa. Dos cuerpos desnudos deslizándose y buscándose desde diferentes ángulos para lograr el máximo contacto. Desde luego, si te pasa en la consulta del fisio es una situación cuanto menos peculiar, aunque si es consentido (esperemos) no diremos nada. Pero nosotros hablamos de Nuru, una técnica ancestral practicada desde hace siglos en Japón y que significa algo así como ‘suavidad’ y ‘resbaladizo’, dos palabras que definen bastante bien la experiencia. Necesitamos un gel específico para la ocasión y una gran sábana para rodar sin miedo sobre ella sin ponerlo todo perdido. ¿Y lo tenemos? Pues claro, o más bien lo tiene Shunga, la prestigiosa marca canadiense de cosmética íntima. Presta atención.

Con el gel Shunga Body Slide, disponible en tres afrodisíacos aromas (fresas y cava, frutas exóticas, y melón y mango), os moveréis sin esfuerzo, en casi completa ingravidez, deslizándoos el uno contra el otro. Una experiencia nueva, divertida y muy sensual, que incrementa la conexión de la pareja.

¿Qué incluye y cómo se utiliza el gel de masaje erótico Oriental Body Slide de Shunga?

El kit incluye dos botellas con las que preparar cuatro litros de suave gel de masaje y una gran sábana que promete pasión sin límites. La botella número 1 es la mezcla aromática y la botella número 2 es la mezcla encargada de espesar la loción. La caja también contiene unas instrucciones que explican paso a paso el proceso; pero, por si las moscas, te lo contamos nosotros ahora. Lo único que tienes que hacer es combinar ambas botellas y ya tendrás listo tu elixir mágico. Puedes calentarlo unos segundos al baño maría para que la experiencia resulte aún más agradable.

Un juego que no os dejará indiferentes. ¿Te atreves?