Cómo usar un vibrador anal

Cómo usar un vibrador anal
EroticFeel 1/3/2022

El ano y sus infinitas posibilidades, ese es el tema que hoy nos ocupa. Resulta que en el caso de los hombres su punto de máximo placer y sensibilidad, el llamado punto P, se encuentra junto a la próstata y, como es lógico, el único modo de llegar a él es el ano. En el caso de las mujeres, y aunque los prejuicios se empeñen en repetir que a ellas no les gusta la estimulación anal, cabe señalar que el ano cuenta con más terminaciones nerviosas que la vagina. Así que ya ves, los datos demuestran por qué el sexo anal es la tercera práctica más común después del coito y del sexo oral. Entonces ¿a qué viene esa cultura de la vergüenza en torno al placer anal? Al margen de estigmas morales y religiosos, las dos barreras principales a la hora de iniciarse son el miedo al dolor y la higiene, dos impedimentos, por cierto, fácilmente salvables.

La literatura médica describe multitud de casos en los que se han encontrado objetos extraños en el recto: zanahorias, manzanas, botes de desodorante, cirios, botellas, tubos de aspiradora, destornilladores y hasta una anguila. Es decir, nos gusta explorar, aunque lamentablemente parece que no siempre damos con la herramienta adecuada para hacerlo. Así que, vamos a empezar por lo obvio, nada de cañones de escopeta si no quieres acabar en la sala de urgencias.

Antes de empezar, ¿qué es un vibrador anal?

Un vibrador anal es un juguete sexual dotado de al menos un motor para generar vibraciones y que cuenta siempre con un anillo o tope de seguridad para evitar sustos. Te recordamos que las diferencias entre el ano y la vagina son numerosas, pero hay dos que siempre debes tener en cuenta. El ano no lubrica de forma natural y en lugar de tender a expulsar, como la vagina, tienda a succionar. De ahí la necesidad de recurrir siempre a un buen lubricante y a un juguete sexual con tope de seguridad, dos precauciones que te evitarán el dolor y una incómoda visita al médico.

Con esto claro, solo queda elegir el tipo de vibrador anal que más se adapte a tus gustos y nivel de experiencia:

  • Existen vibradores de punto P diseñados para alcanzar de forma fácil el lugar más sensible de la anatomía masculina y masajearlo con diferentes ritmos e intensidades. En esta categoría encontramos algunos tan fantásticos como el Lovense Edge, un masajeador prostático ajustable que estimula también el perineo y que funciona a control remoto a cortas distancias (a través de Bluetooth) y a miles de kilómetros de distancia (a través de la app). O el LELO Hugo, un vibrador de lujo que estimula simultáneamente el punto P y el perineo y que funciona a control remoto gracias a un mando a distancia con tecnología SenseMotion. Este tipo de vibradores son perfectos para todos los niveles de experiencia y también para utilizar en pareja.
  • Los plugs anales vibradores son el juguete perfecto para iniciarse en la estimulación anal y para compaginar con otro tipo de estimulaciones. La variedad de formas, tamaños y colores es increíble. Desde los clásicos con diseño cónico como el Lovense Hush o el Picobong Remoji Surfer, a los que disponen de una estructura cónica o esférica que incrementa progresivamente su tamaño imitando a unas bolas tailandesas (Satisfyer Lolli Plug). Y ¡ojo! porque también los hay innovadores y con una exclusiva función calor que incrementa el placer, es el caso del Tilt de Lora DiCarlo, un todoterreno que es plug anal, estimulador de punto G, de clítoris y de perineo en un solo juguete.
  • ¿Prefieres un vibrador anal clásico? Ergonómicos, elaborados en silicona hipoalergénica y con una textura muy suave, te proponemos el LELO Loki o el LELO Billy 2, tan delicados como certeros.

¿Para qué sirven?

Los vibradores anales sirven para estimular la zona anal de forma efectiva, cómoda, segura e indolora. Son la herramienta perfecta para iniciarse, para dilatar la musculatura y para los distintos niveles de experiencia sin poner en riesgo tu salud. Elaborados en silicona hipoalergénica completamente amigable con el cuerpo y compatible con todos los lubricantes de base de agua y también con algunos de silicona, los vibradores anales son la manera ideal de disfrutar sin miedo de todo el placer que el ano esconde.

¿Quiénes lo pueden utilizar?

¿Tienes ano?, ¡pues tú! Ese es el único requisito para poder utilizar un vibrador anal. No se requiere curso de posgrado ni carné de carretillero. Como hemos visto, hay algunos específicos para la anatomía masculina y otros diseñados para cualquier tipo de cuerpo. Elige el que más te convenga y nosotros te explicamos cómo debes utilizarlo.

Cómo utilizar un vibrador anal paso a paso

Aunque, como hemos visto, existen diferentes tipos de vibradores anales, los pasos a seguir para su uso son siempre los mismos. Si es tu primera vez conviene que tengas paciencia y prepares el terreno, porque una experiencia negativa puede provocar que no vuelvas a intentarlo y entonces, créenos, te estarás perdiendo algo estupendo. Para evitar malas pasadas recuerda que la estimulación anal solo es dolorosa si no lo estás haciendo correctamente, es decir, si el nivel de relajación, excitación y lubricación no es el adecuado.

La relajación es imprescindible

Es conveniente entender primero cómo funciona la musculatura anal para comprender por qué es imprescindible que esté relajada para una estimulación indolora. Tu ano, como todos, tiene dos esfínteres, uno exterior que controlas voluntariamente y uno interior que se contrae de manera automática. Si el recto está contraído, la penetración será dolorosa. La relajación, por tanto, es imprescindible para una estimulación agradable. Estimular la zona externa y lentamente es fundamental para lograrlo.

Comienza con una estimulación manual

Si es tu primera incursión en el mundo de la estimulación, comienza explorándote a solas. La ducha, por ejemplo, es un lugar excelente para hacerlo, cómodo, caliente, húmedo y sin ropa. Prueba a masturbarte como lo haces normalmente hasta que estés suficientemente excitado. Luego utiliza un dedo para abrir el ano, introdúcelo un poco, aguanta y suelta. Este es un ejercicio fantástico para conocer tu cuerpo y ayudar a relajar y dilatar el ano. Puedes optar también por la cama u otro sitio en el que te encuentres cómodo. Si estás en pareja, pídele que te acaricie con las yemas de los dedos haciendo movimientos circulares alrededor del ano y a lo largo del perineo, lamiéndolo, o introduciendo lentamente un dedo (siempre con mucho lubricante) y haciendo círculos.

Ve poco a poco

Aquí no valen prisas, la dilatación de la musculatura lleva su tiempo. Tampoco conviene que te lances a la piscina con el vibrador de mayor tamaño que encuentres en el mercado. Poco a poco, esa es la clave. Comienza por la estimulación manual y por algún plug de pequeño tamaño y ve incrementando la intensidad de manera delicada, la meta merecerá la pena. Lo bueno de los vibradores anales es que cuentan con la textura y la forma idóneas para una inserción indolora. Con un extremo cónico, cuando te sientas en forma comienza introduciendo muy lentamente el juguete y buscando la posición correcta y más cómoda antes de poner en marcha las vibraciones.

Nuestros consejos para disfrutar usando un vibrador anal

  • Recuerda que si doliera, no sería la tercera práctica sexual más extendida en el mundo.
  • Deshazte de miedos y prejuicios.
  • El secreto para disfrutar de esta zona erógenas está en lubricar, relajar y dilatar.
  • Tiene que apetecerte, estimular el ano es muy placentero pero no obligatorio (en materia de sexo nada lo es).
  • Comienza siempre por las caricias externas, utilizando las yemas de los dedos y realizando caricias circulares alrededor del ano y el perineo.
  • Combina la estimulación anal y la genital.
  • Antes de introducir el vibrador en el ano procura estar muy excitado.
  • No tengas prisa, la estimulación anal debe ser progresiva.
  • Elige el vibrador anal más adecuado para ti, según tus gustos y tu nivel de experiencia.
  • Cuida mucho la higiene

Utiliza siempre lubricante

Y llegamos al punto clave: la lubricación. Porque aunque lo hemos repetido mil veces vamos a volver a hacerlo. El ano, a diferencia de la vagina, no lubrica de forma natural. ¿Y esto qué quiere decir? Pues que intentar estimular el ano sin contar con un buen lubricante en lugar de placentero resultará dolorosa y molesto. ¿Recuerdas la escena de ‘El último tango en París’ en la que Marlon Brando se vale de mantequilla para penetrar analmente a María Schneider? Pues no es una buena idea (como tampoco lo fue rodarla sin el consentimiento de la actriz, claro).

Tanto el ano como los genitales tienen mucosas y un pH natural distinto al del resto del cuerpo. Cualquier producto que vayas a aplicar en estas zonas debe tener unas garantías y haber pasado unos controles de calidad. Así que, nada de remedios caseros y opta por un buen lubricante anal compatible con juguetes sexuales (todos lo de base acuosa lo son).

Además de disminuir el roce y humedecer la zona facilitando que la musculatura anal se relaje y dilate, la aplicación del lubricante puede ser un buen momento para comenzar la estimulación. Caliéntalo primero un poco con la mano y valiéndote de los dedos índice y corazón aplícalo sobre la zona anal mediante un suave masaje circular.

Ni sucio ni inmoral ni pecado ni práctica exclusiva de homosexuales, el ano, repleto de terminaciones nerviosas, es una zona erógena común a todos los cuerpos, géneros e identidades. Disfrútalo.

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