Aquellos besos apasionados y torpes, aquellos feroces movimientos de cadera, aquel frote animal de dos cuerpos que se movían al dictado de las pasiones más primarias, aquello que podía durar horas hasta que los labios te escocían y la tela vaquera te había hecho una rozadura en la entrepierna, aquello, amigos, era ‘petting’. Los arrumacos de toda la vida, el magreo, enrollarse, todo lo que se podía hacer antes de pasar al otro lado. A las llamadas relaciones sexuales ‘completas’. Pues ahora resulta que está de moda, como el pan de masa madre y aprender a coser tu ropa. Terapeutas y sexólogos lo recomiendan afanosamente para recuperar el deseo, para reaprender lo que ya sabíamos de adolescentes, que la sexualidad es mucho más que el coito. La penetración era una promesa de futuro, a veces un miedo, algo a lo que habría que llegar, pero para amenizar la espera tú llegabas a casa con la cara como un tomate y una sonrisa inmensa.
¿Qué es el petting?
Los besos, las caricias, los roces con o sin ropa, la masturbación… todo lo que se te ocurra sin llegar a la penetración vaginal o anal. El término petting es un anglicismo procedente del verbo inglés ‘to pet’, es decir, mimar y acariciar, y aunque hace años era visto como un ‘quiero y no puedo’, algo propio de colegiales inexpertos y parejas jóvenes que querían evitar un embarazo, ahora se promueve como remedio frente a la desgana que produce en parejas adultas el ritual del coito.
¿El petting se considera sexo?
Por supuesto, más concretamente sexo sin penetración. El petting es una práctica erótica en sí misma. No es un juego previo a nada, no son unos preliminares antes de que llegue otra cosa mejor, disfruta de lo que está ante ti. Toca, acaricia, frota, lame, chupa, besa, redescubre tu geografía corporal y la de tu pareja y siente como se crea una nueva intimidad y crece el deseo. Y sí, por si te lo estabas preguntando, el petting es perfecto para llegar al orgasmo. De hecho, y para la mayoría de las mujeres, será más fácil conseguirlo que mediante la penetración vaginal.
¿Cuáles son los beneficios del petting?
- Para empezar, es una manera estupenda de salir de la rutina y poner en valor otras prácticas sexuales que no conlleven penetración.
- La mayoría de las mujeres no llegan al orgasmo durante la penetración, pero sí mediante la estimulación manual u oral del clítoris.
- Incrementa la intimidad y el deseo.
- Favorece la excitación al prohibir la penetración.
- Es muy placentero.
- Se trata de una práctica muy recomendada para personas con vaginismo o disfunción eréctil.
- Evita embarazos no deseados y, si lo practicas con ropa, también minimiza el riesgo de contraer enfermedades de transmisión sexual.
¿Se pueden utilizar juguetes sexuales?
Lo único que debe estar ausente en el petting es la penetración, jamás la diversión, los orgasmos, el placer o los juguetes sexuales. Y no solo hablamos de juguetes como los succionadores o los vibradores (te recomendamos los de varita mágica), también la lencería sexy, los aceites de masajes, las velas, y los lubricantes son perfectos para incrementar el deseo y subir la temperatura.
Cómo practicar petting paso a paso
Los expertos distinguen entre tres grados diferentes de petting, pero te daremos un consejo, lo mejor es que vuelvas a conectar con tu yo de hace unos años y te dejes llevar por lo que él dicte. Por si tarda en contestarte, aquí van algunas recomendaciones que nunca fallan.
- Comienza con besos y caricias suaves. No vayas directamente a las zonas erógenas, toca su cara, su pelo, su espalda.
- Incrementa la intensidad poco a poco. ¿Seguís con la ropa puesta? Aumenta la intimidad de las caricias, pasa a otras zonas más sensibles y besa, besa mucho y sin parar. ¿Hace cuánto tiempo que no te pasas horas besando?
- El calor, la excitación, el nivel de intimidad ya lo piden. Deshaceros de la ropa. Utiliza lubricantes, aceites y juguetes sexuales. Es el momento de la estimulación oral y manual, combina, cambiad de ritmos. ¿Tienes a mano una bala vibradora? Recorre con su punta los pezones, el clítoris, los testículos, el perineo, los labios vaginales.
- A partir de aquí, ya no hay vuelta atrás ni consejo que valga, el orgasmo será inevitable. Y de nuevo ese rubor en las mejillas y esa sonrisa en la cara. Ya sabes lo que dicen, lo bueno siempre vuelve, en nada estarás cardándote el pelo y comprándote hombreras.