Si tú también quieres tener un millón de orgasmos y así más fuerte poder cantar, no te culpamos. Hemos pasado por lo mismo y a fuerza de tesón y mimo ahora tenemos la voz de la mismísima Caballé. Pero hay un par de cosas que debes grabarte a fuego antes de comenzar la tarea. Tan cierto como que no hay dos orgasmos iguales es que, siendo estrictos, solo hay un tipo de orgasmo. El placer siempre radica en el cerebro, por eso hay personas que tienen orgasmos mientras duermen sin que el tacto intervenga para nada. Más llamativo es el caso de las personas que, despiertas, son capaces de relajarse y alcanzar el clímax solo imaginando situaciones eróticas. Pero como nosotras no tenemos la misma potencia mental que Uri Geller, a esto aún no hemos llegado.
¿A qué viene entonces lo de enumerar tipos de orgasmos distintos? Tranquila, que no se debe solo al gusto por hacer listas y cuantificarlo todo. A pesar de que la sexología aún no muestra un consenso, lo que sí parece claro es que aunque exista solo un tipo de orgasmo, hay diferentes formas de alcanzarlo. Y si una es el poder de la imaginación, otras se centran en la estimulación de diferentes zonas erógenas. Ahora atiende y deja una mano libre, porque hay pocas investigaciones más divertidas. Al terminar, ya sacarás tus propias conclusiones.
Orgasmo clitoriano
El rey de la pista, el número uno, como Kareem Abdul-Jabbar, el clítoris tiene el título de máximo anotador de la historia. Con más de 8.000 terminaciones nerviosas, es el único órgano humano que existe solo para proporcionar placer. Ya podía decir Freud que los orgasmos logrados a través del clítoris eran infantiles y propios de mujeres inmaduras, que entonces moriremos todas como cándidas jovenzuelas.
Estimular el clítoris manualmente, oralmente o mediante un juguete sexual como el famoso succionador de clítoris, es la forma más rápida y eficaz de alcanzar el orgasmo y la única que lo garantiza. Obviar este órgano en tus juegos a solas o en pareja es una torpeza sin sentido. Se trata de ampliar miras, no de reducir y perderse nada.
Orgasmo vaginal
El coitocentrismo, es decir, que toda relación sexual gire en torno a la penetración, dio fruto a lo largo de la historia a millones de mujeres que se creían frígidas. No tienes por qué tener un orgasmo gracias únicamente a la estimulación vaginal, esto es lo primero que debes tener en cuenta. ¿Puede pasar?, ¿puedes alcanzar el orgasmo durante el coito o con la utilización de un vibrador interno? Claro que sí, pero no tiene que ser una obsesión. No solo el primer tercio de la vagina es muy sensible sino que además, la abertura está conectada con el clítoris. Pero recuerda que no llegar al orgasmo durante la penetración no es ninguna disfunción y que para lograrlo la estimulación del clítoris tiene que darse de algún modo.
Orgasmo cervical
El cérvix o cuello uterino es una parte del aparato reproductor femenino. Se trata concretamente de la parte baja del útero y se encuentra, como es lógico, en la parte superior de la vagina. Una vez aclarado esto te contamos que algunas mujeres experimentan orgasmos mediante penetraciones profundas que rozan esta zona estimulando los nervios circundantes. Eso sí, tienes que saber que para otras mujeres esa presión puede resultar molesta o incómoda. ¿La clave? Probar, y llegar solo hasta donde quieres y siempre que sientas placer.
Aquellas que lo han experimentado aseguran que el secreto está tanto en la excitación previa como en una buena lubricación (recuerda que para esto hay ayuda).
Orgasmo de pezón
Para ser más precisos, hablamos de un orgasmo al que se llega estimulando los pezones y sí, existe. Los pezones son una de las zonas más erógenas del cuerpo y siempre han tenido un papel fundamental en la sexualidad. Según un estudio elaborado por los sexólogos Barry R. Komisaruk y Beverly Whipple y publicado en la revista The Journal of Sexual Medicine, acariciar los pezones activa las mismas áreas del cerebro que la estimulación del clítoris. Pero ¿cómo hay que hacerlo? Con cuidado y en el momento apropiado, recordando que son muy sensibles y que si no lo hacemos con mimo podemos provocar más molestias que placer.
Se pueden utilizar las manos, la boca o un juguete sexual con vibración, pero recuerda que este tipo de clímax no llega en cinco minutos, tendrás que invertir un tiempo fantástico.
Orgasmo anal
No nos cansamos de repetirlo: el ano no tiene género ni orientación, está repleto de terminaciones nerviosas, y puede provocar un placer enorme e intenso. El secreto es la paciencia, la lubricación, la relajación y la dilatación. A diferencia de la vagina, el ano no lubrica de forma natural, por lo que es fundamental ser generosas en la aplicación de un lubricante específico para esta práctica.
Masajea con la yema de los dedos la zona externa para relejar los músculos e introduce después muy poco a poco un dedo haciendo movimientos circuladores o un plug anal que ayudará a la dilatación de la musculatura. Utiliza un vibrador anal y acompaña la sesión con la estimulación del clítoris y el clímax será de infarto.
Orgasmo en sueños
Como decíamos al principio del artículo, algunas personas experimentan orgasmos durante el sueño sin que medie ninguna estimulación física. Esto se debe a que el placer está en el cerebro y es este, mientras dormimos, el que da rienda suelta rienda suelta a fantasías y deseos provocando que la sangre fluya hasta los genitales.
Orgasmo mientras se practica deporte
Según han confirmado algunos estudios, el ejercicio físico, especialmente ese en el que se ven involucrados los músculos abdominales centrales, puede provocar orgasmos en algunas mujeres. El yoga, el levantamiento de pesas, correr y caminar también podrían provocarlos. Se trataría de un orgasmo completamente espontáneo que han bautizado como ‘coreorgasmo’ y que nos ofrece una razón más para hacer ejercicio.
