¡Un pezón! ¿Es que nadie va a pensar en los niños?

¡Un pezón! ¿Es que nadie va a pensar en los niños?

Fue lo más comentado de aquella Super Bowl, de aquella y de todas, porque el pezón maldito de Janet Jackson ya forma parte de la historia como la foto de Aznar, Bush y Blair en las Azores, la bandera soviética ondeando en lo alto del Parlamento alemán, o la teta de Sabrina en la televisión pública alegrando la nochevieja a todos los españolitos. Metido de lleno en plena guerra de Irak, todo Estados Unidos paró (medios de comunicación, Congreso y Senado) para hablar sobre la indecencia de aquel pezón. Incluso Laura Bush, entonces primera dama, dijo que aquello era precisamente “el tipo de cosas que no queremos que los niños vean en la tele”. (¡Por dios santo! ¿es que nadie va a pensar en los niños?).

¿Ha cambiado la sociedad americana desde aquella Super Bowl de 2004? Veamos, en 2016 ‘Las mujeres de Argel’ de Pablo Picasso se convirtió en la obra de arte más cara de la historia. El cuadro se subastó por algo más de 160 millones de euros y los medios, claro, se hicieron eco. Si no tenéis la obra en mente os invitamos a buscarla. La Fox entendió que los pezones cubistas de aquellas damas dibujadas eran susceptibles de herir sensibilidades y levantar inapropiadamente penes adormecidos, y sin gota de pudor emitió la noticia emborronando sus pechos. Cabe señalar que en Estados Unidos te puedes ofrecer voluntario para contemplar una ejecución en directo y cualquier persona con una enfermedad mental diagnosticada puede comprar un arma en un supermercado. Por otro lado, la industria pornográfica ha hecho de California su meca y son los norteamericanos los ciudadanos que más porno consumen de media en el mundo.

En 2018, un director de teatro utilizó ‘La libertad guiando el pueblo’ de Delacroix (imagen que por cierto sirvió de inspiración a Picasso) para publicitar su obra en Facebook y la red social la censuró. En el cuadro, una mujer con los pechos desnudos enarbola una bandera francesa en una mano mientras sujeta con la otra una bayoneta. Aunque no es momento de analizarlo, sí podemos aclarar que no es un cuadro sexual sino político, la mujer y sus pechos son rebeldía, lucha, madre de obreros, soldados y caídos. Si a lo largo de la historia hubiesen regido las mismas normas que en la actualidad nadie habría podido disfrutar en público de las obras de Tintoretto, Modigliani, Manet o Gauguin, tan solo en rincones oscuros, previo pago, por supuesto.

Así que aquí estamos, en pleno 2020 y con miedo a los pezones femeninos. Ninguna red social admite al desprotegido pezón aunque sí a la teta que lo esconde o lo tunea. No sabemos qué puede tener de obsceno o censurable un pezón, hombres y mujeres tenemos, nos definen como mamíferos, nos alimentan, y sí, tu madre también tiene. Son fuente de vida e indudablemente, también una zona erógena. El pezón masculino también se excita con una caricia. No es el erotismo lo que se censura ni la inocencia de los niños lo que se preserva (si sus hijos pequeños tienen acceso a una cuenta de Instagram o Facebook quizá alguien debería hacer una llamada a los servicios sociales). Si te escandaliza la Venus de Willendorf es otro el problema.

Para entender tanto revuelo tendríamos que recurrir al eterno Cuerda. Los pezones. Su importancia geográfica. ¿Son verdad los pezones? Historia de los pezones. Los pezones en la antigüedad. Los pezones de los americanos. ¿Cómo hay que tocar un pezón? El ruido de los pezones. Los pezones más famosos. Los pezones y la literatura. Un kilo de pezones. Los pezones de los niños. Los pezones y la cabeza: relación si la hubiera. Los pezones en Andalucía. Y el clavel. Teoría General del Estado y los pezones. Los pezones negros. ¿Hay un pezón o muchos pezones? Los pezones de los actores. El pezón y Dios. No ha nacido todavía el pezón que me domine. Los pezones descabalados. Su por qué. Dibujo a mano de los pezones. ¿Es carne el pezón? El jaque al pezón. ¿Satisface hoy en día un pezón? ¿Qué pezón?

¿Quién pone las reglas? Quizá lo que se vende, lo que se mercantiliza, no se puede exhibir libremente. Hay que controlarlo. Grabémonos algo a fuego, su pezón no tiene que ser tu erección.

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