Doble penetración, ¿la última frontera del placer?

Doble penetración, ¿la última frontera del placer?

En uno de los capítulos más importantes y perturbadores de 'Las edades de Lulú' (una de las grandes obras en español del siglo XX, traducida a más de 19 idiomas, y una de las mejores novelas eróticas de todos los tiempos), la protagonista tiene una experiencia que lo cambia todo. No pretendemos hacer ‘spoilers’ pero visto el título del artículo os podéis hacer una idea. Dos hombres la penetran de forma simultánea por la vagina y por el ano y así lo recuerda: “sus sexos se movían a la vez, dentro de mí, podía percibir con claridad la presencia de ambos, sus puntas se tocaban, se rozaban a través de lo que yo sentía como una débil membrana, un leve tabique de piel cuya precaria integridad parecía resentirse con cada contacto, y se hacía más delgado, cada vez más delgado. Me van a romper, pensaba yo, van a romperme y entonces se encontrarán de verdad, el uno con el otro, me lo repetía a mí misma, me gustaba escuchármelo, van a romperme, qué idea tan deliciosa (…) sus extremos unidos, mi cuerpo un único recinto, uno solo”.

Evidentemente, no es un invento moderno, ya en el Kamasutra aparecían ilustraciones de mujeres siendo penetradas por la vagina y por el ano al mismo tiempo. 'Delphia the Greek', del director Lasse Braun y filmada en 1970, fue la primera película en mostrar una doble penetración. Desde entonces, se ha convertido en práctica habitual del cine porno; pero, como sabréis, el cine X es puro entretenimiento y no un manual didáctico. Basémonos pues en la ciencia, los doctores Barry Komisaruk y Beverly Whipple han estudiado con mimo el orgasmo, especialmente el femenino, centrándose en las redes nerviosas del cuerpo. “Estimular el recto además del clítoris, vagina y cérvix añade capas de calidad, complejidad, intensidad y en consecuencia placer al orgasmo”, sentenciaron en uno de sus artículos. Queda claro que la doble penetración, bien con dos penes, con un pene y un juguete sexual, o con dos juguetes, puede ser algo excepcionalmente placentero. ¿Las claves? Querer hacerlo, sentirse cómoda, muy excitada y muy bien lubricada.

Evidentemente, antes de llevar a cabo una doble penetración se debería uno iniciar en la penetración anal. Lo más indicado es empezar con un suave masaje alrededor del ano y continuar con los plugs. Los más pequeños son fantásticos como dilatadores y su uso muy conveniente para entrenar los músculos de cara a estimulaciones más intensas. En cuanto a los preliminares, en este caso más que recomendables son fundamentales. El nivel de excitación antes de llevar a cabo una doble penetración debe ser muy intenso. Recuerda también que por mucho que lo desees, el ano, a diferencia de la vagina, no lubrica de forma natural, así que hazte con un buen lubricante y no escatimes a la hora de usarlo. Una buena lubricación garantiza una penetración más cómoda y agradable.

Si el ano, la vagina, y el clítoris, están repletos de terminaciones nerviosas, estimularlos de forma conjunta es como estar en Disneylandia. Puede que te guste el queso y que disfrutes con una buena copa de vino; ahora, la experiencia será sublime si en buena compañía maridas una buena tabla de quesos, un plato de jamón ibérico bien cortado y descorchas esa botella de vino que guardabas para una ocasión especial. Ya sabrás que el buen sexo abre el apetito y no se nos ocurre mejor celebración que la de los orgasmos más espectaculares de tu vida. Olvida miedos y tabúes, y abre tu mente y tu cuerpo (literalmente) a un placer que romperá tus defensas.

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