Shunga

Los Shunga eran estampas y grabados de temática sexual, elaborados y comercializados en el Japón de los siglos XVI, XVII y XVIII. Hoy, Shunga, la mejor marca de cosmética íntima del mercado, recupera la libertad y la manera de entender la sexualidad de aquel Japón, el del pasado. Aceites de masaje, lubricantes, velas, geles, champús, sales de baño, cremas íntimas, polvos, hasta frascos de chocolate para untar, pintar y lamer el cuerpo. Productos exclusivos que hacen las delicias de las más (y los más) exigentes. ¿Recorres con nosotros el mundo Shunga?

Contempla la imagen: una pareja japonesa, un hombre y una mujer, reposan sobre unas sábanas ya enredadas en los cuerpos por el movimiento. Mientras la penetra con un pene de proporciones insólitas, un grupo de mujeres apenas tapadas con unos livianos kimonos que dejan al aire sus pechos y sus enormes genitales se masturba contemplando la escena mientras el placer se refleja en su cara. Se trata de un Shunga, una estampa realizada y comercializada en el Japón del siglo XVII.

Pasa la imagen: en el centro del cuadro aparece Cristo muerto sostenido por su padre, sentado en un trono de nubes, acompañado por el espíritu santo en forma de paloma y rodeado por un grupo de ángeles. El óleo, llamado La Trinidad y pintado por el Greco, fue realizado a finales del siglo XVI en Europa.

¿Lo que es considerado arte en un lugar puede ser visto como pornografía en otro? El arte, como la belleza, la moral o la estética, no es un concepto universal y varía según la cultura. ¿Te imaginas a la España del siglo XVII comercializando y consumiendo libremente estampas sexuales explícitas en las que los genitales tuvieran un papel protagonista? No hace falta irnos tan lejos, cuando aquí se realizaban obras con motivos religiosos o monárquicos, en Japón triunfaban grabados que sirvieron como manual para prostitutas y recién casados.

Shunga, ¿arte o pornografía? Depende de dónde

Un ejemplo de cómo varía la percepción del mismo objeto según el lugar desde el que se mire. Las primeras imágenes de Shunga que llegaron a occidente a principios del siglo XVII, lo hicieron escondidas en los barcos de la Compañía Británica de las Indias Orientales y, según cuenta la periodista Katie Engelhart en The Guardian, los propios oficiales las quemaron inmediatamente en cuanto descubrieron su indecoroso contenido.

Comprender la historia, el simbolismo, y la importancia que tuvieron estas estampas en el Japón de los siglos XVI, XVII y XVIII, es vital para comprender la filosofía de Shunga, la mejor marca de cosmética íntima del mercado. Shunga, literalmente ‘imagen de primavera’, un eufemismo para hablar del acto sexual se ha inspirado en los Shunga originales, estampas y grabados que constituían un auténtico canto al gozo carnal, una celebración del juego erótico; pero no solo eso, también de la vida y de la comedia. En ellas tenían cabida desde las escenas de masturbación más inofensivas, hasta orgías, zoofilia (como 'El sueño de la esposa del pescador', escena en la que una mujer parece disfrutar de lo lindo con el cunnilingus de un pulpo gigante), incluso la utilización de harikatas (dildos).

El sexo como parte de la vida. O la vida como parte del sexo

Las ilustraciones, de gran calidad y hechas por los artistas más ilustres de la época, eran una variación de los ukiyo-e (grabados que representan paisajes, figuras populares de la época o escenas de la vida cotidiana) y contenían también una sutil crítica a la sociedad. Sexo y humor subversivo, ¿hay algo más entretenido? Desde luego enganchó a las clases populares, Shunga fue para ellos el primer acercamiento a la pornografía, a la libertad sexual de contemplar y disfrutar. El sexo como parte de la vida. O la vida como parte del sexo.

El sexo escondía sátiras a las leyendas tradicionales, intrigas amorosas, referencias a los personajes públicos de la época, y hasta críticas a la religión (a través de un lascivo monje sospechosamente recurrente en las escenas sexuales). Una mezcla nipona entre la Cuore e Interviú, pero a lo salvaje y mucho más divertida que se utilizó, no solo como pornografía, también como amuleto entre los guerreros, como recuerdo de visita en los burdeles y a modo de kamasutra, para enseñar a las prostitutas y a las parejas de recién casados las técnicas más novedosas.

El sexo, sus usos y costumbres, son la mejor manera de acercarse a una sociedad. Cómo es y cómo dice ser a través de gustos y contradicciones, y la de Japón es, cuando menos, peculiar. Después de comercializarse libremente durante años, llegó la represión. Los Shunga fueron tachados de obscenos y prohibidos por ley.

Prohibición y reivindicación del Shunga

Más curioso es que en un país con una industria del sexo que genera billones de yenes al año, tan variada y excéntrica que cubre todo tipo de parafilias, los genitales no puedan mostrarse jamás, ni en dibujos, ni en películas, ni tan siquiera la juguetería erótica pueda recordar a un pene o a una vagina. En películas, revistas e ilustraciones, aparecen pixelados, y en los locales de masajes (otro buen eufemismo), la prostitución no existe mientras no se produzca penetración. El resto de prácticas, con o sin final feliz, son completamente legales, para los hombres, por supuesto. Porque la industria sexual nipona está pensada, casi en exclusiva, para ellos (con excepciones, por supuesto, como la excelente Iroha). La mujer es herramienta. 

Pero el caso, la prohibición no consiguió su objetivo (casi nunca lo hace) y no hizo desaparecer los Shunga. La demanda y por tanto la producción continuaron, el único cambio es que los artistas ya no firmaban sus obras, aunque los más conocidos utilizaban alguna marca o distintivo que los identificara como autores.

Como demuestra la historia, una sociedad no tiene porqué avanzar, puede ir hacia dónde le dé la gana (o les dé la gana a algunos). Y en esto llega Shunga, la marca, y decide inspirarse en la filosofía de la libertad y el sexo, del placer para todos, del arte. Porque los Shunga, condenados al ostracismo de la vergüenza, que tanto escandalizaron y que aún hoy incomodan a muchos, eran eso, puro arte. Así lo descubrieron en su momento artistas de la talla de Picasso, Van Gogh, Rodin, Toulouse-Lautrec, Félicien Rops o Monet, auténticos fans y coleccionistas de Shunga. Picasso en concreto guardaba en su casa 61 estampas de Shunga que le sirvieron de inspiración en sus últimos años de vida.

Poco a poco la sociedad japonesa ha vuelto a reivindicar su arte. Las referencias al Shunga son palpables en el anime y el manga actual, y las exposiciones de estos grabados se han sucedido en los últimos años. Ahora bien, no somos tan modernos como nos creemos, arrastramos tabús con los que es difícil romper. El Museo Eisei Bunko de Tokio acogió en 2015 la primera exposición de Shunga en el país, pero después de ser rechazada por 10 entidades diferentes. Dos años antes, cuando el British Museum llevó a Londres la exposición "Shunga: Sex and Pleasure in Japanese Art", no fueron pocos los que criticaron las obras y la elección del propio museo. ¿Nos incomoda contemplar escenas de sexo explícito en un museo o nos incomoda el sexo? ¿Es el lugar o es la obra lo que resulta inapropiado para algunos?

Shunga, la mejor marca de cosmética íntima

“Entrar en el mundo erótico de Shunga es viajar al pasado”, dicen en la web corporativa de la marca. Y aciertan. La compañía, de origen canadiense, ha querido recuperar la libertad y la manera de entender la sexualidad de aquel Japón, el del pasado. Por ello, además del nombre, cada uno de sus productos (y son muchísimos) está ilustrado con una de estas estampas. No es que queramos parafrasear los anuncios de Jazztel, pero Shunga te entra por los ojos y se convierte en tu marca predilecta por su calidad y originalidad.

Su estética oriental invita al deseo, al cuidado y a la sensualidad cómplice. Aceites de masaje, lubricantes, velas, geles, champús, sales de baño, cremas íntimas, polvos, hasta frascos de chocolate para untar, pintar, y lamer el cuerpo. Productos exclusivos que hacen las delicias de las más (y los más) exigentes. ¿Recorres con nosotros el mundo Shunga?

Shunga, el placer de los sentidos

El tacto, el olfato, el gusto, la vista, Shunga no descuida nada. De estética e inspiración oriental, todos los productos de la marca están elaborados en Canadá con materias primas de alta calidad. Artículos premium para disfrutar del juego erótico, del sexo en su sentido más amplio, de tocar, oler, lamer y acariciar, de darse tiempo para disfrutar despacio, sin prisas, de la belleza de los cuerpos y el placer de potenciar cada uno de los sentidos.

Los productos Shunga más aclamados

¿Te imaginas una crema que potencie tus orgasmos llevándote al límite del placer? Especialmente diseñada para aumentar la sensibilidad del clítoris, con la crema erótica Jardín Secreto de Shunga, cada caricia, cada beso, cada roce, se intensifican hasta culminar en clímax alucinantes. Con base de agua, L-arginina (que tiene un efecto estimulante y vasodilatador) y extractos naturales que relajan las paredes de la vagina, aplica un poco sobre la zona del clítoris y prepárate para la magia. Esta loción estimuladora de uso tópico es compatible absolutamente compatible con el con el látex. Superará todas tus expectativas.

¿Y un gel para estimular el pene y el clítoris al mismo tiempo? El gel de Shunga bioestimulante Lotus Noir intensifica el orgasmo femenino y el masculino. A base de ingredientes de certificación ecológica, apenas unas gotas serán suficientes para que penetre en la piel de vuestras zonas erógenas mediante un suave masaje. Su efecto térmico frío-calor y el cosquilleo que os producirá harán el resto.

Venda los ojos de tu pareja, enciende la vela y que el aroma vaya estimulando tus sentidos. Ahora derrama la cera caliente sobre su cuerpo. No, no quema. Al arder, la cera se convierte automáticamente en aceite de masaje. Un dos por uno perfecto para las caricias más eróticas y estimulantes. Frutas exóticas, rosas, vainilla, coco, chocolate, té verde, fresas con cava, ¿qué aroma eliges para una noche romántica?

Después del masaje, ¿qué tal una crema para estimular el punto G incrementado su sensibilidad para conseguir orgasmos mucho más intensos? No suena nada mal. La crema Lluvia de amor de Shunga, totalmente compatible con el látex, te descubrirá sensaciones que no has experimentado nunca. A solas o en pareja, aplica unas gotitas sobre la zona y prepárate para lo que va a llegar.

¿O buscas algo para incrementar la potencia y la duración de tus erecciones? Shunga lo tiene y se llama Crema de Dragón Virility. Formulada a partir de extractos naturales y compatible con cualquier preservativo de látex, aplica unas gotas sobre el glande y los laterales del pene y déjate llevar por el fuego.

Lo admitimos, este es uno de nuestros productos favoritos. Pintura corporal para escribir sobre la piel de tu amante. Cosquillas, caricias y, por supuesto, bocados. Porque es completamente comestible y con sabor a chocolate, vainilla o fresas con cava y chocolate blanco. Difícil elección. ¡Las queremos todas! Por cierto, la pintura corporal comestible de Shunga es vegana, sin colorantes artificiales y sin gluten. Sano, rico, ¡y con pincel incluido!

La crema Hold Me Tight de Shunga te ayuda a tonificar el suelo pélvico. Como lo oyes (o más bien como lo lees). Perfecta para fortalecer tu musculatura vaginal recuperando su firmeza y elasticidad. Además, incrementa tu sensibilidad durante las relaciones sexuales, previene las infecciones vaginales y facilita la lubricación natural. Aplícala sobre tu zona íntima y masajea. Por supuesto, la puedes utilizar con tus bolas chinas para un entrenamiento más completo. Un auténtico producto milagro.

¿Conoces el masaje cuerpo a cuerpo oriental? Te lo contamos. El kit de gel de masaje frutas exóticas de Shunga incluye todo lo que necesitas. Dos botellas para preparar la mezcla y una sábana grande que promete pasión a raudales. Vierte el gel sobre vuestros cuerpos desnudos y échale imaginación. Tiene un efecto afrodisíaco inmediato. Suaves movimientos y caricias para una experiencia erótica que no olvidarás.

Lubricantes Toko de Shunga

Nueve sabores, nueve oportunidades. Llega de la mano de Shunga la revolución de los lubricantes íntimos. Los Toko Aroma han sido creados para emular la lubricación natural. Formulados a base de agua, con una textura ultrasedosa y un efecto duradero, cuidan e hidratan tu piel, y son completamente compatibles con preservativos de látex y juguetes eróticos. Sin gluten, sin azúcar y veganos, son los únicos lubricantes de sabores del mercado que no dejan un mal sabor de boca si se ingieren. Cereza, fresa-champagne, frutas exóticas, melón-mango, naranja, uvas, sirope de arce, lichi y pera-té verde, ¡querrás probarlos todos!

¿Prefieres algo absolutamente natural? Nada mejor que el Toko Aqua de Shunga. A base de agua, con ingredientes naturales, textura ultrasedosa y efecto duradero, este lubricante imita la lubricación natural, sin sabor, sin olor, ¡y no mancha! No hace falta decir que es vegano, libre de parabenos, de gluten, de azúcar, y completamente apto para usar con cualquier preservativo de látex o juguete erótico. Lubrica, hidrata y protege tu piel.

¿Te apetece una sesión de sexo bajo el agua? Pues nada mejor que el lubricante Toko Silicona. De tacto aterciopelado y efecto interminable, también puedes utilizarlo como gel de masaje y es compatible con cualquier preservativo de látex. Y si eres de las que apuesta todo a lo orgánico el tuyo es el lubricante ecológico Toko Organic de Shunga. Elaborado con glicerina vegetal pura y derivados naturales del maíz, no se utiliza ningún proceso químico durante el crecimiento de las plantas o el proceso de refinación. Sin gluten, sin azúcar y soluble en agua, protege la piel íntima y la flora vaginal.

Aceites y cremas de masaje Shunga

De té verde, de almendra dulce, de chocolate, de coco, de rosas, de naranja, de lavanda, de melocotón, hay más de diez aceites de masaje distintos de Shunga. Deliciosos aromas y texturas deslizantes para potenciar los sentidos con un sensual y embriagador masaje. Veganos, sin azúcar, testados dermatológicamente y elaborados con ingredientes naturales y relajantes, te gustarán tanto que te darán ganas de comerlos. Pero ojo, no te despistes que estos no son comestibles.

¿Cremas de masaje comestibles y sin azúcar? Faltaría más. El catálogo de Shunga es tan extenso que no podían faltar estos manjares. Cremas de cuerpo que estimulan tus sentidos, hidratan la piel y la dejan suave y sedosa. Con antioxidantes y vitamina E, además ¡se pueden comer! Fresa y cava, chocolate, frutas exóticas, frambuesa, té verde, cereza, vainilla, sabores y aromas que te volverán completamente irresistible. Su fórmula a base de agua, sin parabenos y sin gluten, es apta para veganos. Toca, acaricia, lame, explora, ¿se te ocurre mejor manera de empezar el juego?

Aceites afrodisíacos

Cread el ambiente, poneos cómodos y elegid el aroma. ¿Estimulante como las frutas exóticas? ¿Excitante como el chocolate? ¿Sensual como las fresas? Shunga te ofrece diez aceites afrodisíacos (cereza, chocolate, frutas exóticas, frambuesa, fresa, menta, naranja, uva, vainilla y té verde) diseñados para potenciar las sensaciones en las zonas erógenas de hombres y mujeres. Con efecto térmico, estos aceites, compatibles con el látex y con los juguetes eróticos, serán los protagonistas de vuestros momentos más placenteros. Sin gluten, sin azúcar y con ingredientes cien por cien naturales, son comestibles y aptos para veganos.

Shunga Polvos

Polvos excitantes y comestibles para hacer estremecer a tu pareja. Espolvorea y esparce con el pincel sobre su cuerpo y recórrelo con las manos, con la pluma, o con la lengua. Con sabor a miel, a cerezas, a frutas exóticas, a frambuesa, y a fresa y cava, deliciosas caricias para un placer lento. ¿Quieres salir de la monotonía?

Brillos y gloss labiales para el sexo oral más increíble

Regala y recibe intensos orgasmos con el brillo labial Divine Oral Pleasure de Shunga. Con efecto térmico frío-calor y sabor a coco, o fresas y cava, píntate los labios y obsequia a tu pareja con el sexo oral más increíble de su vida. Sin gluten, sin azúcar y cien por cien vegano, es compatible con juguetes eróticos y preservativos. Incrementa la sensación de placer y la sensibilidad de la zona genital. Para los besos más brillantes, ¿te atreves?

Sales de baño Shunga para lujosos (y lujuriosos) baños

¿Quién rechazaría un sensual y relajante baño? Shunga, inspirándose en la tradición de ‘los baños de amor japoneses’, ha elaborado una gama de sales de baño para que disfrutes de una nueva y apetecible experiencia. Estos aditivos afrodisíacos, disponibles en diferentes aromas y colores, exfolian e hidratan tu piel dejándola suave y perfumada. Vierte el contenido en el agua caliente y disfruta, a solas o en pareja, de esta increíble experiencia sensorial con propiedades terapéuticas. Date un capricho.

Kits de productos Shunga

Para facilitarte la vida, para darte un homenaje o para hacer el mejor regalo del mundo, Shunga pone a tu disposición diferentes kits de sus productos. El kit orgánico Jardín del Edén incluye cinco productos (aceite de masaje de té verde, lubricante ecológico Toko, sales de baño del Mar Muerto, lubricante de glicerina vegetal pura y derivados naturales del maíz, y gel sensibilizante Lotus Noir) elaborados a base de productos orgánicos certificados. En los momentos más íntimos, mímate con lo mejor de la naturaleza.

Si buscas una colección de artículos afrodisíacos para poner a tono tu vida sexual, el kit Secretos de Geishas fresa y Champagne de Shunga, estimulará tus sentidos y te invitará a descubrir nuevos y más apetitosos juegos. Con un tamaño de viaje perfecto para que te acompañe en tus excursiones más placenteras, el Kit de Geisha contiene: aceite de masaje erótico de fresa y cava, aceite afrodisíaco efecto calor, vela de masaje Romance, lubricante Toko Aqua, y crema de Dragón para que no falle la vitalidad cuando estéis exhaustos. El kit de Secretos de Geisha también está disponible en versión bio e incluye: aceite de masaje orgánico, aceite afrodisíaco efecto calor, vela de masaje Zenitude, lubricante ecológico Toko Organic y gel sensibilizante para la pareja Lotus Noir.

Original, atractiva, sensual y de alta calidad, la colección de cosmética íntima de Shunga es un regalo para cada uno de los sentidos. Potencia e incrementa tu deseo sexual y el de tu pareja, cuídate y disfruta del sexo. Ya sabes, solo tenemos una vida, pero practicar sexo la alarga. ¿A qué estás esperando? No pierdas de vista a esta marca, te deparará grandes alegrías. Palabra de geisha.

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