Las mordazas de bola son las más famosas del universo BDSM y también las más recomendadas para iniciarse. El componente psicológico, la sensación de abandono total ante el otro o de poder absoluto, dispara las emociones. Las mordazas o gags contribuyen al sometimiento más completo, al sumiso no le está permitido hablar, solo obedecer y acatar. Se impide la comunicación verbal, se callan los gritos y se ahogan las palabras, solo se podrán emitir gemidos, de placer, de dolor, de deseo.
La excitación y el placer no radican exclusivamente en la estimulación de los genitales. El deseo puede despertarse ante una imagen, un sonido y desde luego, ante un contexto o situación determinada. El BDSM engloba diferentes prácticas y rituales, desde la inmovilización y la sumisión al uso del dolor erótico, pero el componente psicológico, la sensación de abandono total ante el otro o de poder absoluto, dispara las emociones. Y aquí es donde entran en juego los accesorios que nos ayudan a experimentar: los diferentes tipos de ataduras, los collares, los látigos o azotadores y, por supuesto, las mordazas. Es cosa de gustos, claro está, pero siempre conviene probar un poco del plato antes de pedirle al camarero que te lo retire.
Las mordazas o gags contribuyen al sometimiento más completo, al sumiso no le está permitido hablar, solo obedecer y acatar. Se impide la comunicación verbal, se callan los gritos y se ahogan las palabras, solo se podrán emitir gemidos, de placer, de dolor, de deseo. Y entre todos los tipos de mordazas existentes las mordazas de bola son las más famosas del universo BDSM y también las más recomendadas para iniciarse. Se trata de una bola o esfera, siempre fabricada en un material seguro como la silicona hipoalergénica, que se introduce en la boca del sumiso y se agarra con una correa en la parte de atrás de la cabeza. La boca permanece así abierta mientras la saliva se desboca lubricándolo todo.
Dentro de la tipología de mordazas con bola existen también diferentes modelos, con bolas más duras o más blandas, con agujeros… lo importante para su uso es el consentimiento y desde luego el establecimiento de una señal de seguridad para que, en caso de necesitarlo, el juego termine inmediatamente. El uso de una mordaza impide que se pueda utilizar una palabra de seguridad, así que los integrantes del juego tendrán que acordar otro tipo de gesto. Además, y como dicta el sentido común, jamás se debe utilizar junto a una mordaza nada que restrinja la respiración por la nariz. Se trata de disfrutar al máximo, pero sin sustos. ¿Te atreves a probar?
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