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Aviso a los puritanos, este artículo puede herir las sensibilidades más mojigatas. Un repaso histórico a los fetichismos más famosos, desde el gusto de Bonaparte por el olor de las zonas íntimas al canibalismo sexual.

Tan controvertido como el final de Los Soprano o el amor entre Sam y Frodo, el punto G ha llenado cientos de páginas más o menos serias y se ha tratado como el Santo Grial, la piedra filosofal del placer. ¿Dónde está el punto G? ¿Hay un orgasmo clitoriano y uno vaginal? ¿Es el punto G una lotería que puede o no tocarte alguna vez en la vida?

La obsesión por el pene ha sido una constante desde que el mundo es mundo. En el año 300, el Kamasutra distinguía tres tipos de hombres según el tamaño de su pene, hombre liebre, hombre toro y hombre caballo. Pero ¿está la obcecación con el tamaño realmente justificada?

Frases de ánimo, vídeos inspiracionales y fotos del encierro como si en tres días fuésemos ya como el Conde de Montecristo. Aquí me bajo. Voy a lavarme las manos (que como dijo Pedro Sánchez ahí también está la heroicidad) y voy a disfrutar de lo lindo. ¿Cuánto queda? ¿Dos, tres, cuatro semanas? Tiempo de sobra para ver la trilogía de Star Wars y convertirme en el nuevo Michael Douglas del sexo.

Él, que ha sido el rey Lear, Ricardo III, Sherlock Holmes, Gandalf o Magneto, es también un defensor incansable de los derechos civiles desde 1988, cuando el equipo de gobierno británico con Margaret Thatcher a la cabeza impulsó una ley contra lo que denominaron “promoción” de la homosexualidad.

En 1972 Garganta profunda se convirtió en la primera película porno de culto de la historia y también en la más rentable hasta el momento, y el sexo oral se convirtió poco menos que en debate nacional y en epicentro de una tormenta social y política sin precedentes.

Una habitación y dos cuerpos semidesnudos. De pronto, coge tus brazos con firmeza y ata tus muñecas al cabecero de la cama. Hace lo mismo con tus piernas. Puede hacer contigo lo que quiera. Si esta fantasía te excita deberías probar el bondage.

"La primera vez que me llamaron Joselito el maricón tenía cuatro años", relata en su autobiografía. Rodeada de indeseables, ridiculizada y admirada, no solo tiene una biografía interesante, también fue la puerta abierta, la primera, a una realidad triste y cruel.

Por mucho que te incomode un preservativo, mucho menos divertida te resultará una gonorrea. Extrafinos, de sabores, con texturas y de todos los tamaños, ya no tenemos que atarnos al pene una funda de lino o de intestino de oveja como en la Edad Media, así que no dejes que te la vuelvan a colar con un “es que me aprieta”.

Demonios castradores, vergas gigantes, dulces, ilustraciones y todo tipo de merchandising en honor a los genitales masculinos. Porque si tiene nombres mil el miembro viril, en el Kanamara Matsuri también adopta mil formatos distintos.