Bondage, ¿qué es y cómo iniciarte?

Bondage, ¿qué es y cómo iniciarte?

Una habitación y dos cuerpos semidesnudos. De pronto, coge tus brazos con firmeza y ata tus muñecas al cabecero de la cama. Hace lo mismo con tus piernas. Estás completamente inmóvil. Te venda los ojos. La cuerda te roza la piel con una sensación de quemazón que te gusta, ¿debería dolerte? No puedes moverte, no podrías aunque lo intentaras con todas tus fuerzas. Puede hacer contigo lo que quiera. Si esta fantasía te excita deberías probar el bondage. El término, que viene a significar servidumbre o esclavitud, hace referencia a una práctica erótica que liga el deseo sexual a la inmovilización de uno de los miembros de la pareja. Un juego de dominación en el que te abandonas al otro física y mentalmente.

¿Es lo mismo bondage y BDSM?

No. La B de bondage es solo la primera sigla y la primera práctica de las cuatro que engloba el BDSM (Bondage, Disciplina y Dominación, Sumisión, y Masoquismo). El Bondage ha de ser seguro, sensato y consensuado (como todo) y no utiliza el dolor como fuente de placer. Es la disciplina más extendida del BDSM y la que más se utiliza de forma independiente de las demás.

Si lo primero que te viene a la mente al escuchar el térmico bondage es '50 Sombras de Grey', no te ofusques, tanto la saga como el auge de la literatura erótica han contribuido a su popularización en los últimos años. Pero deberías saber que mucho antes del fenómeno en el que se convirtió la novela de la británica E.L James, Hollywood llevaba décadas explotando con descaro el recurso de ver a un sex symbol atado e indefenso, y aunque trataba de no presentarlo como un acto sexual el erotismo era evidente. Fay Wray amarrada a un par de columnas en ‘King Kong’, Virginia Mayo encordada a una silla en la ‘La vida secreta de Walter Mitty’, o Charlton Heston encadenado en ‘Los diez mandamientos’, son solo algunos de los cientos de ejemplos que existen.

Cómo iniciarte en el bondage

Descubre lo que necesitas para practicarlo

No te asustes, para iniciarse no se requiere gran parafernalia. ¿Con qué quieres atar o que te aten? Cuerdas, lazos, brazaletes y esposas… ahora piensa, ¿te gustaría aderezar la experiencia con una escenografía más cuidada? Vendas, cubre pezones, ligueros, arneses, máscaras, antifaces, cadenas corporales, látigos, aquí los límites los pones tú. La marca Bijoux Indiscrets tiene un amplio catálogo de inspiración bondage clásico, elegante y sexy, con todo tipo de accesorios íntimos. Sin duda, encontrarás todo lo que necesitas y mil ideas más.

Elige los materiales y fijad una palabra clave

Recuerda, lo mejor, para empezar, son los materiales suaves y los nudos flojos. Lo recomendable es tener una palabra clave con tu pareja por si en algún momento quieres parar el juego. No ates la cuerda muy fuerte y, por supuesto, nada de atar el cuello. Como última recomendación y esperando que nunca las necesites, ten una tijera a mano por si algún nudo se te resiste.

Marcad los límites

El bondage no es una técnica perversa ni abusiva y, por si tenías alguna duda, tampoco está considerada una parafilia sexual. Lo más importante es que fijes tus límites, que hagas solo aquello que te apetezca y que tengas completa confianza con tu pareja.

¿Cómo atar de forma segura?

Hacemos hincapié en esto porque es indispensable que no os lancéis a la piscina el primer día. Para comenzar, nudos sencillos y suaves, fáciles de desatar y jamás en zonas vitales como el cuello. Si queréis evitar sustos, empezad utilizando esposas y cintas de seda y dejad las cuerdas y bridas para más adelante.

Con estas reglas presentes, elige tu rol y lánzate a disfrutar. ¿Te atreves?

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